viernes, agosto 12, 2016

MARINA NO ESTÁ

Le he comprado a Marina unas gafas y un tubo, para que pueda coger piedrecitas por la orilla de la playa. Le encanta bucear, a los niños les encanta el agua, no necesitan nada más para ser completamente felices.

Estar separado de Marina es una tortura. Parece que se te escape, que te estés perdiendo algo sagrado. Me angustia pensar que no tenga ganas de verme, o que no se acuerde de mi. Es intolerable que no pueda jugar con ella, que no podamos cantar juntos el Bienvenidos de Miguel Ríos (el otro día le dijo a su madre: "papi tiene muchos cd´s: de rock n´roll, de bienvenidos, de heavy..."). El teléfono no llena el vacío, no me basta. Necesito saber que está conmigo, ella hace que me esfuerce, que todo tenga sentido, que todo sea posible.

Dios y la Vida son generosos con los que hemos decidido ser padres. De repente, todo el castigo al que, sobretodo tu mismo, te has sometido, la pena y el dolor, la vergüenza y el miedo, pasan a ser orgullo y victoria. Sóc com sóc, i he fet el meu camí. El resultado ha sido magnífico: mi hija.