domingo, diciembre 21, 2008

"POLICE" (1985, MAURICE PIALAT)


Cine francés duro y sin concesiones. El día a día de un agresivo policía en una comisaría de barrio. No parece una ficción, es como si vieras la vida misma. La vieja comisaría, las ostias a los detenidos, los calabozos, los interrogatorios y por encima de todo el protagonista, el policía magistralmente creado por Gerard Depardieu, primero un cerdo que tortura a sus detenidos, luego un ser humano que poco a poco nos abre su corazón al enamorarse de la persona menos adecuada. Memorable también la subtrama de amistad entre Depardieu y el abogado que defiende a la mayoría de detenidos que llegan a sus manos. Vale la pena detenerse en cualquier escena aparentemente vacía, como cuando Depardieu se mete en un bareto de madrugada y un detenido a quién él había golpeado dúramente en comisaría, salido ya del trullo, le invita a un whisky, sin rencores; a veces las historias policíacas no se reducen a persecuciones de coches, en Police no recuerdo ni una, pero en cambio es la visión más veraz y documentada que he podido disfrutar del mundo de las comisarías. Dirige Maurice Pialat. Ya no se hacen películas así.

NAVIDAD MATERIALISTA

Nunca he entendido el sentimiento de culpabilidad que se supone debes tener por estas fechas. Muéstrate en contra del concepto materialista de la Navidad, autoflagélate cuando saques la VISA para pagar los regalos que le haces a tu mujer, a tus padres y suegros y a ti mismo, y sueña con un mundo en que estas fiestas signifiquen tiempo de paz, armonía, misa del gallo y abstinencia comercial, algo así como un ramadán a la occidental. Horroroso solo imaginarlo. Yo desde luego prefiero, en la medida de lo posible, y evitando colas y crisis, disfrutar de la Naviad como una gran oportunidad de... gastar dinero sin que te corroa la conciencia por ello. Supongo que los que desean unas fiestas menos materialistas son los que nos han dejado sin lucecitas por las calles de Barcelona, los que reivindican una Navidad más espiritual. A mi lo de Navidad espiritual me suena a blanco y negro y a Franco, cuando no había dinero que gastar y uno se limtaba a limar el espíritu y cantar villancicos con la abuela y la carraca. Ahora, en democracia, saciemos el espíritu con unas buenas compras, hagamos rular la economía, hagamos que el mundo se mueva.