La señora Faithfull lleva una racha de discos impresionante. Aún no he agotado el anterior Horses and high heels, por no hablar del doble Easy come, easy go, y nos viene rodeada de humo, a tope de actitud, con este Give my love to London.
Marianne, oh Marianne, si es que en los setenta muchos te daban cuatro días de vida, y ahora envejeces así de bien. Tu disco levanta las hojas del otoño, y resume lo inútil que es la música actual cuando va alguien como tú y se pone a trabajar, y versiona a Leonard Cohen con esa joya llamada Going home, o se desata en True lies. Qué bien que utilizas tu voz rajada, qué bien teatralizas, qué bien aprovechas el impulso creativo de los que te rodean (familia Cave & Bad Seeds,Steve Earle...).
Sabes que los tiempos te necesitan, que la edad debería ser un plus, y no una piedra en el zapato. Que la crisis no es económica, sino moral, y que sigues siendo tan bella como hace 40 años.