lunes, mayo 26, 2008

SHIBUI

No creo que vuelva al Shibui en mucho tiempo. Shibui es un restaurante japonés rondando la plaza Francesç Macià, donde juventud y mediana edad bien el viernes noche y familias de la zona alta que han ido a buscar al crio al partido de baloncesto el sábado mediodía, acuden a por su ración de sushi y tallarines picantes con verduras, en un ambiente cómodo, seguro e inofensivo. Es el Olivé, o el Vinya Roel de la comida japonesa, un restaurante moderno pero sin pasarse, para padres con polo Ralph Lauren y chicas con el Golf a recién estrenado en la puerta, y está bien, comes bien quiero decir, por un precio que lo distingue lógicamente de mar de japos de menú que campan por la ciudad, y una calidad aceptable. Pero deberían autoexigirse un poco más. Más detalle, más matiz, no mucho, pero algo más. Hemos ido varias veces, y solo hay un camarero, de los muchos que nos han atendido, que cumpla las normas más elementales de la simpatía, el maitre, o uno de los maitres, es un borde que cualquier día, cuando el restaurante baje, se preguntará por qué demonios no cuidó más a su clientela. Y este viernes el arroz del sushi estaba más duro de lo deseable, y yo sé si he comido bien en un japonés por el arroz. Un arroz que no esté al punto, con esa calidad grumosa, esponjosa, me amarga la noche, no es broma. Shibui es un buen restaurante para llevar a tus niños si los tienes y puedes pagarlo, les gustará y a ti también, el ambiente es animado y comes en un plis plas, pero para los que cuando salimos a cenar (cada vez menos, snif) y buscamos ese medio centímetro más de felicidad, pede que no nos baste. El Shunka es mucho mejor, más genuino, más todo, pero para eso hacen falta unos eurillos de más, aunque no muchos, y es más difícil conseguir mesa.