viernes, julio 02, 2010

OZZY & SCREAM


Bueno, Ozzy ya se puede meter la banderita de la portada de Scream donde le quepa. Convertido en un viejo saco de patatas al que todo el mundo lleva de un lado a otro, diluída su voracidad escénica por la edad y los muchos etcéteras que han sacudido su vida, y evaporada su personalidad en un mar de guitarras sin vida y metal moderno comatoso y engordado a base de transgénicos, los discos de Ozzy no me interesan desde hace años. Down to Earth, Black Rain o este Scream son diferentes cortes de la misma viga de plomo que trata de mantenerlo actual para los teenagers que llenan los estadios del Ozzfest. Es de una demagogia lamentable comparar la dignidad del último Dio con la de Ozzy, pero es que salta a la vista, y ya no hablo de sus prestaciones en directo. Qué bien hicieron Iommi y Butler de grabar con Ronnie un disco que rezumaba mil veces más humanidad y calidez que el último trío de cd´s de Ozzy y su cohorte. Ozzy es dios para muchos de nosotros, pero verle cantar una vez más canciones tan vacías y amorfas sigue moviendo a la compasión. Podría grabar algo clásico, o decir que le grabaran algo clásico, con o sin Zakk Wylde, marcarse temas a la Bark at the moon, yo que sé, pero me temo que es inútil esperar eso. Quizás el single Let me hear you scream no sea una mala canción, pero ese no es el problema, aquí el error está en un concepto musical sin vida, con canciones que se arrastran por el minutaje, ahora sonando a puto metal actual, aunque no sé exactamente que es eso, ahora sonando a unos Alice in Chains desbravados. Pero a Ozzy no lo escucho por ningún lado, ¿canta de verdad Ozzy o es una máquina sin alma la que interpreta la aburridísma Latimer´s Mercy? Si Ozzy no fuera tan famoso, si las hubiera pasado putas en los últimos 20 años, entonces facturaría discos para los fans de siempre, clásicos, como tratan de hacer los Scorpions o Ratt, bandas que han pasado hambre y saben hasta donde pueden llegar y a quién hay que mimar. Pero Ozzy, su mujer y los que le rodean le creen tan importante, actual y cool que su producción, su arte, acaba enterrado, insaboro e inodoro.