viernes, junio 13, 2008

RADIOHEAD: "IN RAINBOWS" (2007)


Definían su sonido en una crítica como "un satélite averiado, vagando por el espacio, que emite señales inconexas a la Tierra", hablando de Amnesiac, su excelente disco del 2001 (uno de os mejores discos de aquel año en mi opinión). La definición era una imagen acertadísima de cómo estaban las cosas en la música de Radiohead después de facturar OK Computer, quizás el disco más influyente de los 90 junto a Nevermind (hablo siempre en términos "masivos"), cuando en vez de acudir, sedientos y deseosos, a las facilidades de su nueva vida como estrellas millonarias, Thom Yorke y los suyos se desviaron por una senda espiral que les conducía a un sonido, a una poética que solo escuchaban, en sueños quizás, en sus cabezas. Las siguientes obras Kid A y el mismo Amnesiac, giraban sobre si mismos, artefactos sonoros cuyas emociones goteaban sobre bases electrónicas y la voz cada vez más fina, más emotiva a la vez que cerrada también en si misma, de Yorke. La savia de Radiohead está ahí, en su búsqueda por aquellos lugares escarpados y difíciles, donde nadie busca, una música exigente para oídos preparados que sin embargo ha seguido dándoles fama y respeto multitudinario.
In Rainbows (2007) es una obra redonda, perfecta. La escucho entera, mientras trabajo, y encuentro cada vez más asideros emocionales, más pasajes de pura magia, algo que parecían haber perdido, en parte, con su anterior Hail to the thief. In Rainbows, que desgraciadamente ha sido más comentado por la novedosa estrategia de la banda de ponerlo a la venta en internet al precio que creyera conveniente el comprador (y que paradójicamente ha hecho que se vendiera bastante en tiendas, con soporte físico, y no es para menos, la carpeta y el libreto son preciosos), debería haber sido más y mejor ponderado en críticas especializadas; pocas veces he leido textos más insuficientes sobre un disco, sin entrar en absoluto en su contenido musical, sin transmitir como el disco se sostiene, dentro de la discografía de Radiohead, como una obra sólida, a la estela de Amnesiac, menos rugosa eso sí, pero igualmente emocional. Radiohead, con excelentes temas del disco lentos, ensoñaciones, trips sonoros que ojalá no terminaran tan pronto, como Nude o Reckoner (o en la mayor parte de la supuesta cara B del CD), continúan vagando adormecidos en ese satélite que sigue averiado, dando vueltas a la estela de la nada, emitiendo las mismas señales sin sentido a la Tierra.