Angus vive con una familia, bueno, qué familia. Peculiares, carismáticos, cultos... Amantes de los animales. Se enamoraron de Angus cuando este era un cachorro abandonado, y lo fueron a buscar a León, creo recordar, pim pam. Ese era el perro, y acertaron de lleno. Angus es de los perros más bonitos que he visto en mi vida, y hacía una pareja monumental con Greta, un san Bernardo, una de las perras más buenas y amorosas que yo haya conocido.
Me han venido a la cabeza las aventuras que vivíamos todos los que acudíamos a diario a aquel pipicán donde se reunían Angus, Greta, nuestra Nahir, Flock, Nuk, y muchos más. Era un momento muy especial del día. Tertulia, risas, pasteles, un buen rollo impresionante... Los dueños de los perros nos lo pasábamos en grande, y no os digo nada de los perros. Nahir llegaba a casa destrozada, fundida.
Fue bonito vivir esa etapa. Y allí siempre estaba Angus, el más grande y patoso. De todo aquello han quedado amistades, bonitos recuerdos, y lo mejor, compartir cosas con gente que sabe lo que es amar con locura a los perros. Porque a los perros hay que quererlos con locura. Yo lo daría todo por mi Tini y mi Nahir.
Angus pasará en casa sus últimos días, en paz y rodeado de la gente que le quiere.