domingo, diciembre 09, 2012

A VUELTAS CON UNA CANCIÓN, RAMADA INN

Con el último disco de Neil Young y canciones como esta ya inolvidable Ramada Inn, recupero para el oído la música grande, panorámica. Con un tema así, insisto en Ramada Inn, pero el disco Psychedellic Pill viene repleto, puedes emprender un viaje, una ruta hasta fuera de ti mismo, y entonces observas, revisas lo hecho, lo construído, vuelves a lamerte las heridas del pasado, ya no duelen tanto, pero de vez en cuando te reclaman, porque a las heridas también hay que cuidarlas; como a los buenos recuerdos a los que también te puede llevar una canción así. La música como modo de valorar lo vivido. Pocas como esta me llevan a examinarme, a verme desde fuera, de un modo emocional, intenso y verdadero. Otros lo consiguen con una obra de teatro, una danza, una escena en una película. El arte que pone sobre la mesa la posibilidad de que el oyente refabrique la obra, y la reconstruya en el rincón del alma que más le plazca o que más le duela. Por eso las canciones, las que te llenan, no tienen precio. Da miedo constatar que hay tanto chaval que no conocerá nunca el impacto emocional de una canción escuchada repetidas veces, con paciencia y en soledad, porque las canciones se han convertido en oleadas globales vacías, porque ya no les prestamos tiempo, porque quizás no merecen que les prestemos tiempo. Ante eso, lo mejor es quedarte atrapado en un tema como Ramada Inn, o Driftin´back, viajar, hacer balance, y regresar con algo de combustible para seguir adelante y darle un mínimo sentido a todo esto.