miércoles, mayo 19, 2010

EXILE ON MAIN STREET


Bien, pasamos de la tragedia al éxtasis en cuestión de horas, minutos. El domingo fallecía uno de mis héroes, Ronnie James Dio, y hoy martes otros héroes, los Rolling Stones, editan por fin, de nuevo, y con ¡diez! ¡diez! ¡diez! ¡diez putos temas inéditos! uno de los discos más importantes de la historia. No detallaré que pasó en aquellos días por la costa francesa, todo se sabe, todo está escrito, fotografiado y forma parte de la leyenda, solo sé que Pass the wine, uno de esos temas que ahora ven la luz por primera vez, suena como si se hubiera grabado ayer, y que solo unos segundos del principio de Plundered in my soul y ya estoy rendido, pero el delirio viene con lo conocido, cuando de nuevo acudo a la serie de la cara 2 del primer vinilo del Exile on Main Street de toda la vida, Sweet Virginia-Torn and frayed-Sweet black angel-Loving cup, un cuarto de hora que siempre he tenido presente en mi vida, y que ahora vuelve a resplandecer, un cuarto de hora acústico, humano, alegre, mi balcón favorito de un disco que lo es todo de principio a fin. El rock n´roll y su puta madre es Exile on Main Street. Necesitamos mitos, dioses que estén por encima del bien y del mal, y el rock n´roll jamás ha rebasado lo conseguido por este disco. El libreto que incluyen en la edición doble CD es ridículo, la edición deluxe es exageradamente cara y tal y tal, pero qué importa. Aquí estoy, escuchando por primera vez estas canciones que he escuchado mil veces, y me reconozco en cada acorde, y pienso que este es el disco de Keith, su tormentosa, caótica y yonqui obra maestra; aunque nada sería igual sin el genio y el carácter de Mick, y luego la labor de los demás, claro: Mick, Charlie, Bill etc. En unos días en los que me he sentido extraño en lo profesional, ya se sabe, el trabajo, en los que me falta mi pareja (viernes, ven ya), en los que Ronnie nos ha dejado, necesitaba esta medicina. Y me emociona tararear con Mick y Keith eso de "I´m the man on the mountain, come on up!", y ser feliz. Gracias Keith.