lunes, octubre 27, 2008

MICHAEL SCHENKER


Mañana será un placer acudir al concierto de Michael Schenker. Una persona que, presumo, es detestable. Un veterano curtido de casi adolescente en aquellos maravillosos UFO de los 70, luego con su perfecto proyecto MSG a principio de los 80, y después tirando por la borda su madurez con proyectos AOR o intentos y más intentos de vivir de rentas y sacar pasta a los fans. Un tipo errático que hace poco más de un año, envuelto en alcohol, era incapaz de recordar sus propios solos de guitarra en escena, y que ahora reaparece bien de salud, con su vieja banda de aquel directo en el Budokan de los primeros 80, y con un nuevo y acertado disco en las tiendas. Sus solos eran puro cálculo y sensibilidad, y probablemente ahora, en los dedos de este hombre curtido en mil vicios y desastres personales, habrá más de lo primero que de lo segundo, pero aún así me conformo.

MI PADRE

Mi padre no tiene ni idea de si prefiero el rock al country, no sabe que ensayo con un grupo, no sabe de mis delirios, mis certezas, mis inseguridades. Tan distantes, desconocidos, y a la vez me reconozco en él, no solo físicamente, sino con sus maneras, un poco aquí, en una cierta visión de la vida desde fuera, observadores, analistas del prójimo, y un poco allá, en la humildad casi enfermiza. Pasamos un montón de años con nuestros padres sin atrevernos a conocerles realmente, y cuando ya hemos volado y ellos se hacen mayores, entonces nos empeñamos en trazar líneas de unión, y entonces sentimos que la genética ya estaba allí desde el principio, y que eres en gran parte lo que era él. Me gusta tener este rinconcito que sé que mi padre no visitará, para tratar de recorrer de nuevo esas líneas que, con el paso del tiempo, se hacen más visibles.