lunes, enero 12, 2009

DEXTER


He finalizado la segunda temporada de Dexter, la serie protagonizada por un forense de la policía de Miami y asesino múltiple a tiempo parcial, que mata solo a quienes lo merecen: a otros asesinos como él. Las series norteamericanas como Dexter suelen empezar con una gran idea y unos primeros capítulos de lo más apetecibles, ya que derivan directamente de esa idea (y la idea de Dexter es fantástica, un atractivo asesino justiciero con los sentimientos limados hasta lo mínimo y con una doble, triple, vida que alterna la familia y los hijos, el trabajo en la policía y los crueles asesinatos que lleva a cabo), pero luego los guiones van enredándose en si mismos, y ya le pillas el tranquillo a todo y nada te sorprende. Es increíble lo floja que termina la segunda temporada de Dexter, realmente no les quedaba ya ninguna idea aprovechable. Es tan difícil que ocurra algo como Los Soprano o The Wire, es decir, series que mantienen un público masivo enganchado durante años y años. Ahora hay series como Eureka o Jericó: buenas ideas que duran tan solo un par o tres de capítulos, luego el interés desciende hasta que cancelan la emisión en la segunda o tercera temporada o simplemente te aburres y pasas a otra cosa.