martes, agosto 25, 2009

NUDISMO

En Cabo de Gata me siento tan bien que en alguna cala me da por quitarme el bañador y pasearme con mis atributos al viento. No voy de nudista, de hecho el nudismo como militancia me parece tan pesado como el feminismo radical o el antitabaquismo, o por supuesto como los inefables vegetarianos, gente que cree haber visto la luz y que pretende que el mundo sea como ellos. Hoy, como digo en bolas, miraba los cuerpos femeninos que campaban por la cala y me daba cuenta de que el nudismo no tiene nada de erótico. No entiendo a los mirones (creo por cierto que los mirones auténticos ya no existen, lo que ahora vemos por la tele son asalariados de Callejeros), no logro comprender qué tiene de bello, o de orgásmico, un paisaje lleno de tetas y pollas sin ton ni son, sin orden ni erotismo. La civilización nos ha proporcionado la ropa para cubrirnos del frío, de la vergüenza y llenar nuestra imaginación de sueños y deseo. El sexo no sería nada si la ropa que lo cubre no estuviera inventada, o tan solo sería lo mismo que es para dos conejos, o dos cerdos. El sexo es imposible en una playa nudista, donde todos campamos como neardenthales, y todo nos cuelga y nada tiene poesía ni sueño. El deseo y el sexo es cada prenda que tu le quitarías a esa dama que pasea por la calle,