miércoles, febrero 01, 2012

TARDE

Ahí fuera el tráfico y la gente sigue acelerando, aquí dentro podemos permitirnos, solo por unos días, discurrir de otro modo. Marina se ha dormido encima mío un par de horas, mientras yo iba pasando canales, el informativo 24h de Televisión Española, y el informativo 24h de TV3, de uno a otro, adormilado, y la pequeña se mecía en mi respiración. Ahora se alimenta en el regazo de su madre. Voy pensando en mi niña, en como las cosas están cambiando, de momento, a un ritmo benévolo. Para nosotros, pronto será el momento de volver a gritar, a equivocarse y a acertar. Pronto volverá el deseo irrefrenable, llegar a casa con el parte de la derrota, o el del triunfo. Nos hemos vuelto más egoístas, y nadie sabe qué va a pasar. Lo único verdadero es que Marina está aquí, y hay que cambiarla, limpiarla, decirle cosas bonitas y palabras inventadas, cogerla cuando llore, darle de comer. Es una buena tarde para todo eso, y quedan un montón de cosas por hacer.