domingo, noviembre 02, 2008

FIRA DEL DISC

Habían ganas de plantarme de nuevo en la Fira del Disc. Dar vueltas por los stands, ejercitar los dedos repasando más y más cubetas con discos y observar al personal -peña heavy reunida comentando los avatares del mundo del merchandising de Iron Maiden, gente absolutamente normal, la panadera de la esquina, babeando ante una copia del Alive II de Kiss que incluye las pegatinas que regalaban en los 70, todo por 50 euracos, otro heavy charlando con un dealer sobre la moral y la ética del líder de Celtic Frost, estampas familiares, mujer e hijo tomando algo en el bar mientras esperan a que papá se haya hartado a caprichos en vinilo, en resumen, poca gente pero un ambiente familiar, delicioso, lo que yo necesito-. Supongo que visitar la Fira del Disc es para muchos de nosotros como que te encierren en la guardería del Ikea cuando tienes cuatro años, el paráíso, solo que a un ritmo lento y pausado, como el pueblecito de El Show de Truman, todo amable, todo perfecto. Cuando salía, discretito yo, cargadito de bolsas, un tipo de La Vanguardia me hizo una entrevista que quedó patética, no recordaba tanta vergüenza ante una cámara, cuando me pidió que le enseñara el disco que más ilusión me había hecho comprar, me las tuve con la cantidad de bolsas que llevaba hasta que di con el maldito disco de los Grateful Dead y mientras se lo enseñaba embobado, trataba, no se por qué, de cogerle el micro cuando él me había dicho seriamente: "No, el micro ja l'agafo jo", y me agachaba para coger las bolsas que se me desparramaban por el suelo, estropeándole el plano al pobre chaval. Quedé como un friki, que supongo que es lo que él buscaba.
La Fira, gracias a dios, ya no es aquella maquina pseudoconvergente que montaba Jordi Tardà, con la presencia perenne del molt Honorable i su esposa, y aquella subasta ridícula de pelos de John Lennon y demás (por las radios todavía circula el corte en el que un Tardà poseído exclama martillo en mano: "Adjudicat! Uuuuuuuooooaaaaeeeeeooooooeeeeehhhhhh!"); Tardà es sin duda el aprovechado más aprovechado de los trabajadores que ha tenido la radio pública en este país. Ahora la Fira es un reducto que nos montan a cuatro gatos, no pretende (no puede) ser más que eso, ya no es un asunto nacional, no es el salón del Manga ni la Alimentaria, es una reunión de amigos pacíficos con camisetas negras y melenas canosas.

Me hace gracia numerar y comentar todo el vinilo que he comprado. Aquí está la relación. No hay tikets ni facturas, por tanto no hay pruebas, y tampoco podré meterlo en gastos de empresa:

THE RUNAWAYS "LIVE IN JAPAN": Maravilla de disco en directo con un libreto donde las valquirias adolescentes de L.A escriben de su puño y letra sobre sus aficiones y anhelos. Las Runaways eran la versión rockera del fenómeno Spice Girl. Y Cherie Currie sigue despertando en mi deseos inconfesables, como también Joan Jett, aunque viéndola hoy día, rapada como la teniente O´Neil, se me quitan las ganas.



THE MICHAEL SCHENKER GROUP "ASSAULT ATTACK": El disco de Michael junto a Graham Bonnet, el único cantante heavy de imagen rocker. A Graham, su tupé no se lo tocaba ni dios. Infravalorado e imprescindible.

BLACKFOOT "TOMCATTIN": Ya he gozado un montón de Marauder, su obra maestra, pero la portada de este Tomcattin, con una jodida pantera que se sale del cartón, anuncia más rock duro sureño del bueno para las próximas semanas.



THIN LIZZY "RENEGADE" Y "CHINATOWN": Sigo completando mi artillería Lizzy. Es curioso lo poco que cuentan para algunos estos dos discos.

RUSH "SIGNALS": Mi etapa favorita de Rush. Años ochenta, peinados crepados, metefísica tecnológica y ciencia ficción, y sintetizadores hasta en la sopa. Música para asociales frikis de 40 años que todavía viven con los padres, para numismáticos mataos que no han completado un coito y para seguidores de Eduard Punset. Pero me encantan.

JOE LYNN TURNER "RESCUE YOU": El primer álbum en solitario de la voz de los Rainbow más melosos y dulces, aunque los últimos discos de este hombre no están nada mal, recomiendo The Ussual Suspects.

KROKUS "ONE VICE AT A TIME": Sí, en suiza inventaron el reloj de cuco y... a Krokus. Heavy 80´s con sabor a Toblerone.

ROSSINGTON COLLINS BAND "THIS IS THE WAY": Proyecto de dos de los miembros de Lynyrd Skynyrd después del fatídico accidente de aviación.

TED NUGENT "SCREAM DREAM": De cuando escuchar a Ted Nugent no te hacía pensar en ciervos tiroteados, Asociación Nacional del Pistolón, inmigrantes expulsados en masa y John McCain.



MOLLY HATCHET "NO GUTS NO GLORY": Los parias del rock sureño cuando se acercaban malos tiempos (su clásico Flirtin´with disaster ya quedaba lejos). En los garitos rednecks de Jacksonville no les respetaban, demasiado hard rock, y esas portadas tipo Conan El Bárbaro, pero eran auténticamente outlaws, como los que más.

CROSBY, STILLS, NASH & YOUNG "4 WAY STREET": El doble directo que daba carpetazo a la mítica formación de Suit Judy blue eyes y Teach your children. A partir de ahí, todos lanzarían magníficos discos por separado (me viene a la cabeza el excelente If I could only remember my name, de David Crosby), pero el mundo le pertenecía al que tenía más talento: Neil Young.

GRATEFUL DEAD "GO TO HEAVEN" Y "RECKONING": Dos discos, el segundo un directo en acústico, pertenencientes a finales de los 70 y primeros 80, cuando las cosas seguían marchando bien en la nave de Jerry García, y a los teclados estaba el pasional (esa voz...) Brent Mydland.



THE BAND "ROCK OF AGES": Uno de los mejores directos de los 70. Majestuoso, superior. Todos los clásicos, y sobretodo, una versión de Wheels on fire que derrite corazones.

"DREAM OF LIFE" (2008, Steven Sebring)


El documental firmado por Steven Sebring, que ha seguido con su cámara a Patti Smith durante los últimos diez años, es libre como lo es ella. Libre y repleto de belleza, como la música y las palabras de la creadora de Horses. Dream of life contiene escenas de gran ternura, como cuando Patti visita a sus padres, entre recuerdos de la niñez y hamburguesas para comer; amistad, con Patti y, creo, Sam Sheperd ensayando en casa con las guitarras, exultantes de complicidad; y la fuerza arrebatadora de la amazona punk en el escenario, increible cuando agarra la guitarra eléctrica en pleno éxtasis sónico, cuando sonríe a las primeras filas, cuando arenga a la revolución, cuando levanta el puño, cuando canta. Las imágenes se suceden suávemente, y en Dream of life todo es un fluir que tiene sentido y concuerda, como debe hacerlo también la vida de esta mujer que, a los 60 años mira hacia atrás con una media sonrisa y encara el futuro con las cuentas hechas y las deudas pagadas.


Dream of life es un film sobre la persona, la obra y, también, el rostro de Patti Smith. Pocos habrán tenido la oportunidad de estudiar el extraño atractivo de Patti Smith, y ella se presta a ello, a que recorramos su prominente nariz, su pelo blanquecino, su mirada de niña, sabedora de -mal que le pese- condición de icono popular.