domingo, octubre 30, 2011

GIRLSCHOOL, HIT AND RUN


Ahora que editan este mismo álbum, Hit and run, regrabado, esperando obtener mayores réditos que grabando canciones originales (aunque su último disco del 2008, Legacy, estaba realmente bien), vuelvo a escuchar el original de 1981. Girlschool es una banda a la que hay que amar, no están en la primera división de nada, pero discos como Hit and run o Demolition son perfectos pistones de rock n´roll con D.O femenina. Escuchad la cara 1 de Hit and run y gozad. Ellas no olieron jamás el fenómeno fan adolescente de las Runaways, lo suyo era competir en los mismos escenarios ingleses que otras bandas de la New Wave of British Heavy Metal, "we just happen to be a band", dicen en el video que adjunto, refirièndose a que el hecho de ser mujeres no era lo importante, y que no querían ser valoradas solo por eso. Se hicieron querer por su público y por popes como Lemmy, y a pesar del fallecimiento de Kelly Johnson, siguen ahí.

sábado, octubre 29, 2011

VARGAS, BOGERT & APPICE FEAT. PAUL SHORTINO (SALAMANDRA, 27-10-11)


Aunque me prometía un concierto de barbacoa (propio de una banda que ha editado un disco dominguero como ese VBA), con Vargas, Appice y Shortino (y otro señor que tocaba el bajo en el puesto del gran Tim Bogert), al final fue un concierto de barbacoa pero decente, y largo. Ver a Carmine Appice ya es todo un placer, porque este hombre es una leyenda, valores más o menos su estilo, y ha estado en muchos sitios clave de la historia del rock; se marcó un solo gracioso con las baquetas, sonrió, y con su pelo teñido y su bigote, aparenta mucha menos edad de la que realmente tiene. Vargas, bueno, nunca he prestado atención a la carrera de Javier Vargas, le vi bien, económico en cierta forma, disfrutando, y en cuanto a Paul Shortino, bueno, qué puedo decir. Me gusta la voz de Paul Shortino, y su tono aguantó bien durante todo el concierto, pero esa actitud más propia de una Carmen de Mairena borrachuza, esa sensación de que se ríe de él mismo continuamente, ese pelucón, y en general, su ridícula pose, me estuvo sacando contínuamente del concierto. Pero a pesar de todo, valoro que por 15 euros tuviera una noche, larga como he dicho, de rock n´roll clásico, con temas de aquel maravilloso Beck, Bogert & Appice (Lady y Black Cat Bone), y versiones acertadas (Spoonful y Politician, reinterpretadas), junto con otras de costellada i fireta, como la de Surrender.

domingo, octubre 23, 2011

WYNTON MARSALIS & ERIC CLAPTON PLAY THE BLUES


Me divierto mucho con el disco en directo de Marsalis & Clapton. Grabado en el Lincoln center de Nueva York, es una lujosa fiesta de jazz y blues y New Orleans, a la que acudo vestido de etiqueta y dispuesto a reír y a mover el pie rítmicamente mientras me tomo un gin tonic. Hay pocos discos, por lo menos de lo que yo escucho, que inviten tan claramente a la mesura, la elegancia y al gin tonic. A Clapton se le juzga con demasiada severidad, y a sus sesenta y tantos todavía se le exige que grabe otro 461 Ocean Boulevard. La obsesión por encerrar a nuestros ídolos en una juventud que ya no volverá provocará que más de uno no disfrute con este disco. Ese es un problema que yo ya no tengo.

miércoles, octubre 19, 2011

TESTAMENT, THE RITUAL (1992)


Disfruto más con Testament que con alguna otra banda clásica trash. Escucho más los discos de Testament que los de Megadeth, aunque estos últimos también suelen estar cerca del reproductor de la cocina. Vueltas que le doy estos días a este imperial The ritual, con el que en 1992, Testament daban la réplica al álbum negro de Metallica y al Countdown to extinction de Megadeth. En los tres casos, se trataba de bandas clásicas, con sus lógicas diferencias y sus cotas de éxito dispares, que entraban en unos 90 que pintaban raros de forma original y arriesgada. En el caso de Testament, con un disco que huía del trash clásico para detenerse en una cierta melodía y en unas guitarras más matizadas, pero no por ello sin olvidar las canciones. En este disco hay canciones soberanas, serias, contundentes. So many lies, The ritual... Luego con el tiempo, los de Chuck Billy se distanciaron de esta aproximación más colorista a su estilo, y volvieron al redil, pero ahí queda The ritual, un disco del que pocos se acuerdan ahora, pero que en aquel 1992 era agua bendita. Desde aquí, reivindico a Testament, unos clásicos del trash USA que sin embargo se han quedado fuera de los big four (Metallica, Slayer, Megadeth, Anthrax) que ahora giran y facturan juntos por los estadios de este mundo, en el gran negocio de la nostalgia trasher.

martes, octubre 18, 2011

ALEJANDRO ESCOVEDO, MUSIC HALL (17-X-11)


Definir en poco espacio el concierto de Alejandro Escovedo y su guitarrista David Pulkingham en la rara y cara sala Music Hall de Barcelona es fácil: sencillez á la máxima potencia. Ni las canciones de este superviviente son complejas, ni su lenguaje está sembrado de enigmas, ni su personalidad es, a primera vista, distante o misteriosa. Con Alejandro Escovedo -que se presentó sin su banda, acompañado únicamente por su guitarrista- todo viene de cara, sin trampa ni exceso de retóricas. Todos sabemos que detrás de la carrera de este hombre, ahora ligada a la Springsteen Mafia del management de John Landau, hay océanos (o desiertos) de oficio y carretera, como él mismo se encargó de contar ayer, en una de sus muchas pausas para ejercer de storyteller. Cantó un último tema, la versión de The Band It makes no difference sin micro ni amplificación, a pelo, y fue bonito, y empezó el recital con la fenomenal Anchor, que inicia su último disco Streets songs of love. Entre medio, un tipo que no necesita incendiar al público ni sobreactuar, que se basta con sus sencillas canciones para llegar a donde quiere. Un tipo humildemente encantador, y un ejemplo de que el arte es mitad genio y mitad oficio. Prometió volver con sus Sensitive boys y roquearnos como merecemos. Y tocó un par de temas de su futuro nuevo disco, de nuevo con todo un Tony Visconti a la producción. Esperemos que sea la mitad de bueno que sus últimas obras.

viernes, octubre 14, 2011

DE SNACKS Y COCTELS EN EL 41º


No tengo remedio. Hay que ser de piel fina y rozar la paranoia si después de una primera visita al 41º, la snack-coctelería de la factoría Bulli que acompaña al Tíkets, uno solo se queda con el idiota que tienen en la puerta. A veces un detalle tan tonto anula todo lo demás, pero así es la vida, por lo menos la mia. El portero del 41º / Tíckets, como digo, te trata como si fueras una mercancía más, ni te mira a la cara ni le interesa si has estado meses esperando ese momento, o si has estado ahorrando y te desborda la ilusión; probablemente crea que el hecho de trabajar para los Adrià significa que él también tiene algo especial. Pero no llega ni a actor de reparto, nadie habrá escrito sobre él, y ninguna crítica del Tickets o del 41º lo debe mentar, yo sí lo hago. Puedo estar en el templo de lo cool, the coolest of the cool, como se supone que era el caso, pero si noto que un camarero, o el portero (madre mía ¡el portero!), me trata de forma sutilmente incorrecta, y me hace pensar que estoy delante de un jodido portero de discoteca, vamos mal. Nos sobra modernez, nos sobran conceptos y modas, listas de reservas interminables, walkie talkies y pinganillos, exclusividad, diseño y pompa mediática, y nos falta voluntad de servicio, acogida, bondad, ética. Naturalmente, estos dos locales van a seguir haciendo pela larga durante el tiempo que quieran, y nadie notará lo del portero, o que algún camarero no entienda el catalán y te pìda que le traduzcas "una copa de vi blanc, si us plau". Los detalles así no importan en macroproyectos fashion que impulsan la marca de Barcelona hacia el infinito y más allá.



Luego, ya en el 41º, bonito local en negros, mucha actividad en la barra y personal joven de casting, puedes disfrutar de snacks bullinianos como las olivas rellenas o las algas crujientes con quinoa, o tapas como el precioso Viaje nórdico, que es una tostada finísima con ternera ahumada, una delicia. Degústalo con un cóctel de tu elección y ahí está el concepto: cóctel + snacks, aunque ellos subtitulan el nombre del local con "Snacks & oysters", in english of course. Antes lo cool era darle a los platos o a los locales nombres en francés, ahora eso es antiguo y se hace lo mismo con el inglés. La modernez siempre ha dependido de estas gilipolleces. Y yo cada vez estoy para menos tonterías.

martes, octubre 11, 2011

RESTAURANT SAGÀS, BARCELONA

Comer por el gótico o en el Born de Barcelona puede resultar un verdadero pain in the ass, para los que queremos huir de la Barcelona hipertrofiada del turismo. Por eso me alegro de la irrupción del Sagàs, en pleno Plà de Palau, rodeado de locales-timo estilo Taller de Tapas y macro-pizzerías como Il Pasatore. Sagàs pertenece a la familia que regenta el loado Els Casals, restaurante-granja con una estrella Michelín, que sirve a los clientes los productos que ellos mismos producen en su propiedad.



Con este Sagàs del Born, han ideado un restaurante que se pretende urbano y accesible, más o menos rápido (según el día), con una larga barra y unas pocas mesas al fondo. He de decir que no me gusta la estética plana y la iluminación sin matiz del local, pero si se trata de degustar las mejores carnes, butifarras, hamburguesas y demás, este es el lugar perfecto; sin olvidar las ensaladas ojo,con una César que me encantó. La porchetta es una delicia (ideal para los fans de la carne jugosa y melosa tipo peus de porc, para carnívoros sin remilgos), las butis como digo, excepcionales, y también la sobrasada. Ahora que viene el frio, apetecerá más meterse en el Sagàs y darse un festín carnívoro. A la espera de poder visitar algún día la casa madre, ir al Sagàs es un buen premio de consolación.

domingo, octubre 09, 2011

IGNACIO JULIÀ, PULP-ROCK


Ignacio Julià es mi escritor de rock n´roll favorito. Siempre he conectado con esa forma de escribir sobre la música y sus creadores enlazando en caliente al artista con la propia experiencia y sensaciones del escritor. Ya antes de convertirme en fiel comprador de Ruta 66 me dejé seducir por aquel libro sobre Springsteen en el que Julià comunicaba tanto su amor como su postrera decepción (hablo de principios de los 90), con el héroe de Thunder road. Este hombre, que ha visto y escuchado mucho, escribe bonito, comunica, no se sitúa nunca ni muy arriba ni muy abajo, y es lectura segura para mi. Su recopilación de artículos y entrevistas Pulp-rock es, periodicamente, libro de cabecera en casa. Disfruto releyendo sus loas al Lou Reed más visceral de finales de los 70, aquella entrevista-agujero sideral a Daniel Johntson, la tristeza que transmite su recorrido por la vida de Roy Orbison, o su claudicación ante el empuje corta y rasga de una jovencísima PJ Harvey, época Dry. Un libro que no tiene edad ni momento para leerlo, y que siempre debe estar por ahí cerca. Asumo que en los humildes textos de mi blog hay influencias, copias y saqueos del estilo de Julià. Siempre es mejor copiar de los buenos.

sábado, octubre 08, 2011

RICK DANKO


Siempre me pareció el miembro más atractivo de The Band. Desgarbado, pasota, atractivo sin más, tocaba el bajo como quién se enciende un cigarrillo, y tenía una voz capaz de hacerte llorar. Su disco de debut en 1977, después de la separación de The Band, titulado a secas Rick Danko, es campestre y rico en matices e influencias, podría ser un agradable apéndice de la discografía de la banda madre, y sin embargo no se comió un rosco y no tardaron en echarle de la discográfica. Lo mejor de Rick Danko es que parecía que ni se diera cuenta del talento que tenía, ni de sus condiciones innatas para emocionar. Murió en 1999, obeso y cargado de drogas y dejadez. Verlo en sus últimos tiempos es como ver a Rory Gallagher en la última época, ¿cómo es posible que seres con tanta virtud acabaran así? Su huella en The Band se nota en cada disco y cada canción a la que presta su inigualable voz, súmale este disco de debut en solitario y hazte una idea de quién fue este colega al que invitarías sin dudarlo a unirse a una partida de poker de las de humo y alcohol, o con el que pasearías en silencio por la mañana por un campo del sur.



miércoles, octubre 05, 2011

BBM, AROUND THE NEXT DREAM (1993)


Quizás fue porque hacía poco de la "traición" de Gary Moore, cuando pasó de vestir casacas y cantar Victims of the future ante miles de metalheads cerveceros, a firmar discos de blues adulto, de vestíbulo de hotel. No sé porque fue, pero no quise conectar con el proyecto Ginger Baker, Jack Bruce, Gary Moore, BBM, a principios de los 90. Creo que llegaron a tocar en el Palau d'Esports (adjunto un Spoonful de aquella gira más abajo), supongo que con un buen público de puretas esperando revivir algo de la esencia Cream. Como ahora el pureta soy yo, me veo disfrutando de este disco, Around the next dream, el úncio que firmaron los tres, agitando neuronas con un blues rock duro y dinámico en el que lo mejor, claro que sí, es la pasión que le mete Jack Bruce a sus voces. Gary Moore por su parte, supongo que ejercía de motor, pistón y bujía del proyecto, feliz por compartir escenario con esos dos monolitos. Se trata de un muy buen disco. Si os da por haceros con Around the next dream en una de vuestras excursiones arqueológicas no os arrepentiréis.

domingo, octubre 02, 2011

JAYHAWKS, MOCKINGBIRD TIME


Colmado con las pequeñas historietas de campo que se escuchan en los últimos discos de Mark Olson, yo no necesitaba una reunión de los Jayhawks de Tomorrow the green grass. Aceptada después la noticia, me dispuse a ilusionarme prudentemente. En otro momento, quizás más joven, hubiera contado los días hasta escuchar este Mockingbird time que presentan ahora Olson, Gary Louris, Tim O'Reagan, Marc Pelman y Karen Grotberg; ahora sin embargo escucho estas canciones con la presión constante, y sin pelearme con ellos por no haberme brindado otro Hollywood town hall. Qué triste es analizar los discos de tal banda comparándolos obsesivamente con algún hito del pasado, lo que lleva casi siempre a la decepción. Y tipos como Olson y Louris no se merecen eso. Aunque prefiero las canciones pequeñas y bellas y redondas de Ready for the flood, me gusta este Mockingbird time. Blackeyed Susan, Pouring rain at dawn o Closer to tour side me resultan tan bonitas como cualquier gloria que hayan grabado antes. También puedes empeñarte en birlarles su presente, y cerrar el CD a la segunda escucha porque no has sentido lo mismo que sentiste con Blue o I´d run away. Es una opción, y los fans podemos ser así de poco generosos.