jueves, abril 28, 2011

BLACK SABBATH, SEVENTH STAR REEDITADO


Sabía que esta reedición no cumpliría mis expectativas. Amo las fases confusas y decadentes de mis bandas favoritas, la era ´84-´90 de Black Sabbath, los Deep Purple de House of blue light, los Kiss de Asylum o Crazy nights, los Accept de Eat the heat... Es un problema mental que tengo, lo sé, por eso esperaba la reedición de Seventh Star, el disco que Tony Iommi lanzó en 1986 para recolocarse en el mercado después de su reunión frustrada a última hora con Ozzy y los demás, y su circense etapa Gillan. La remasterización del disco original está bien, en fin, no soy un empollón del sonido digital, así que me conformo con tener la excusa para volver a escuchar estas canciones de oscuro metal flácido y melancólico que tanto me gustan. Pero pagar lo que he pagado por un libreto estúpido con información wikipediada, sin datos, sin carne fresca para el fan, con tan pocas imágenes (tan solo una triste sesión de fotos de la formación de entonces, con Iommi, Glenn Hughes, Dave Spitz, Eric Singer y Geoff Nichols, en un triste Holiday Inn, ¡la sesión de fotos más lamentable de la historia!), y para colmo, un segundo cd con un concierto mutilado de la banda (ya con Ray Gillen de cantante, después de haber explusado Iommi al yonqui de Hughes) en el Hammersmith, con un sonido insultante. Y aún así, caigo de nuevo y me hago con la reedición del maestro, tajante The Eternal Idol, el disco que siguió a este Seventh Star, aunque esta vez la cosa promete, pues en el segundo cd incluyen íntegra la versión del disco grabada con Ray Gillen a las voces (la que todos conocemos es la de Tony Martin).

lunes, abril 25, 2011

TESOROS SONANDO EN EL COCHE

Tesoros: una cinta de color negro con el Hysteria, otra BASF con una cara del Made in Europe y otra con Difficult to cure de Rainbow, una Sony con Live after death... Cassettes que datan del 85, 87, 88... Primero fueron la educación musical de mi hermano (que luego él se encargó de dejar de lado cuando se hizo mayor, aunque siempre será una persona sensible e intuitiva musicalmente), luego la mia. Yo no sabía nada de heavy, me daba respeto incluso. Pero puedo recordarme escuchando por primera vez aquella cinta con el Live after death y pensar, dios, esto no puede estar pasando... Tales joyas, que una vez fueron cintas vírgenes compradas en alguna tienda de barrio, y que no cambiaría por nada, suenan de nuevo estos días gracias a que me he cargado el adaptador del discman para el coche, nuestro old Nissan Almera del 98. Y yo NO puedo conducir sin música. De modo que he abierto un par de cajas, y las míticas cintas de mi infancia ya están de nuevo en circulación, para escarnio de mi pareja. Me gusta disfrutar de esas viejas carracas del pleistoceno, mientras en la autopista todo son Qashqai con infinitos archivos de canciones, Spotify´s etc. Mis cintas, mis dulces cintitas. Para qué preocuparme de los vinilos de 180 gramos si tengo cerca una mierda de cassette con cuatro temas de Cinderella, algo de Led Zeppelin grabado de la radio (chic-chic, el sonido del rec+play en el momento en que el locutor se calla la boca y empieza la canción) y otro algo del Perfect Strangers, una copia de otra copia de un amigo de mi hermano. Una Semana Santa de viejas y analógicas glorias que la perra ha estado a punto de joder, cuando ha echado la pota encima de una polvorienta copia del Overkill de Mötorhead y otra del Piece of Mind de Maiden ¡Me he tenido que emplear a fondo con el trapo!

sábado, abril 23, 2011

LUCINDA, BLESSED


Blessed es una Lucinda tan cercana a Car wheels on a gravel road como a West. Tan enérgica y luminosa como en el primero, tan rota como en el segundo. Con otras perspectivas sobre la vida, con otras miradas, Lucinda enciende una nueva velita en su discografía. Esta señora jamás me ha decepcionado, y si alguno de sus discos ha pasado más desapercibido por mis orejas (el anterior Little Honey), es porque no me pilla en el momento bueno; siempre he pensado que la apreciación de una obra de arte, en este caso un disco, depende de la calidad de este, 50 %, y de tu predisposición, estado de ánimo etc., el otro 50%. Hay días en los que no te entra ni la canción más redonda de la creadora de Essence. Así, juzgar un disco es la más subjetiva de las labores, un día puede ser 10, al siguiente aprobado justo. En el caso de Blessed, llevo un par o tres de semanas con estas canciones, y como digo, se trata de un imprescindible. Temas como Copenhagen, Seeing Black o Soldier´s song (nadie canta tan bien al filo del alambre como ella), están bien instalados en mi día a día, y los escucho con atención, apartado del mundanal ruido, apreciando las labores de amor que son.

jueves, abril 21, 2011

RHINO BUCKET: "WHO ´S GOT MINE?" (2010)


Rhino Bucket... Los tipos ven el sentido de la vida al fondo de la botella, y son excelentes narradores de historias creadas al doble y triple de la tasa de alcohol permitida. Who´s got mine? no esconde nada tras su encantadora portada, tan solo rock n´roll a la brasa, vuelta y vuelta. Ideal para la barbacoa del domingo que viene, y mejor que un espidifén con cola para momentos de pajas mentales. Lifeline, Message in my bottle, la acedeciana Back to nowhere, el riff trinco-trinco de Hollywood and wine... Rhino Bucket llevan muchos años en el negocio, y son capaces de dedicarte una sonrisa en la peor de sus resacas. Hard rock made in Hollywood con salsa especial acedecé, sin paridas, tal cual al plato.

martes, abril 19, 2011

MOURINHO

Mourinho es un necio, pero es tan necesario para el Barça como Moriarty para Sherlock Holmes. Los forofos del fútbol de tertulia carajillil y los inútiles periódicos deportivos deberían ingresar una buena cantidad de euros en las cuentas de este portugués porque no solo entrena a su equipo, sino que enciende polémicas, polariza a las aficiones, saca de quicio y vende periódicos, muchos periódicos. Genera beneficio. Al cabo de los meses, su discurso ha perdido fuerza y misterio, por quejica, fatuo y circense, pero al principio, Mourinho vino aquí como un malo de cine negro, y desde Barcelona se le temía, y todavía se le teme en cierto modo. Si nos encontráramos en otra era menos feliz para los culés, la sola pronunciación del nombre "Mou" provocaría cientos de infartos en cadena por Catalunya. Me fascina que Mourinho cultive con tanto mimo su papel del lado oscuro, y me fascina todavía más que los madridistas se vistan de blanco (pero del blanco de los soldados del Imperio) y sigan a este Darth Vader por donde sea que les lleve. Moralmente deleznable, el discurso de Mourinho no solo provoca asco, siempre tratas de descubrir qué hay detrás de la provocación, qué hilo de pensamiento le lleva a decir tal cosa o tal otra. Nadie punza tan bien la fibra nerviosa culé como Mourinho; nos conoce, sabe que todavía andamos muy tiernos y nos busca. Su rostro y porte le va como anillo al dedo, mirada penetrante, canas perfectas, ojeras perfectas, gesto calmado y palabras susurrantes. Luego también sabe explayarse, ser hooligan cuando el escenario lo requiere. Es un populista vestido de capo de la Stasi, imagino a Mourinho como un funcionario de alguna Securitate de más allá del telón de acero, dando caza a algún disidente, al estilo de La vida de los otros. Su atractivo de película fría y silenciosa de Jean Pierre Melville, su supuesta inteligencia y su capacidad manipuladora contrasta con sus firmes creencias cristianas. Hay en Mourinho un gélido espía de la guerra fría, pero también un hooligan que arenga a las masas y se caga en el respeto al rival, y más allá, un hombre familiar y religioso. Y un mercenario también. En fin, como digo, el mundo le necesita, pero debería reestructurar su personaje, ya que en las últimas semanas pierde fuelle, no deja de repetirse y se queja como un crío repelente. Yo lo prefiero de nuevo al acecho, con traje, gabardina y sombrero, entre la niebla, en la oscuridad de un callejón, con la mirada y las palabras justas, amenazando el buen rollete de Guardiola y los suyos. Sí, los culés le necesitamos. Toda buena película necesita un villano que sea tan inteligente y atractivo como el héroe. Un villano que nos conoce y por eso es temible. Ahí es donde está el drama. A disfrutarlo.

domingo, abril 17, 2011

NEIL YOUNG & PAUL MCCARTNEY



Te pones a ver vídeos de Neil Young por Youtube y es que no acabas nunca. En este de 2009, Neil termina su concierto en Hyde Park con la habitual por entonces A day in the life, y lo hace con todo, masacrando su Old Black una vez más. Lo divertido sin embargo es la aparición de Paul McCartney a mitad de canción. Cuando ves a dos tipos así compartiendo micro te alegras de estar vivo, pero si encima el genio de los Beatles va como una cuba pues todavía te alegras más. A estas alturas, todavía es posible disfrutar de todo un emocionado Paul McCartney con varias copas de más, encima de un escenario, pasándoselo en grande y haciendo el tonto con tío Neil. Ojalá pudieran estar siempre ahí.

viernes, abril 15, 2011

SOUTHSIDE JOHNNY, BETTER DAYS


Es una pena que su amistad con Springsteen le haya convertido en una especie de telonero de la New Jersey mafia de por vida. Southside Johnny le debe mucho a Bruce, pero su talento soul y su brutal presencia vocal, su arrojo, y una carrea de más de 30 años vienen de fábrica. Un crack que te levanta el ánimo y te patea el culo, escuchad sino su último disco, poderosísimo Pills & Ammo del 2010, o este Better Days que ando escuchando estos días, que lo puso de nuevo en el circuito a primeros de los 90. Un tipo que abre reclamando lo suyo, I´coming back baby, back for what´s mine, y no baja el pistón en todo el disco, naturalmente con colaboraciones de Bruce y de Little Steven, que ejerce como productor, además de otros E streeters, los Miami Horns, y sus Asbury Jukes. Better Days te puede servir para meterte en la energía colosal de este hombre, tanto como su última obra, o Hearts of stone, o el directo From Southide to Tyneside.

miércoles, abril 13, 2011

WHITESNAKE: "FOREVERMORE" (2011)


Tell me how o One of these days me dan buen rollo. No lo esperaba. Sigo pensando que Good to be bad era un disco hipertrofiado y seco, no había calor ni blues en esas canciones. Bien, en Forevermore tampoco hay mucho blues, es una estupidez pedirle a Coverdale algo que se asemeje a Walking in the shadow of the blues, o Come on. Y lo entiendo, si a uno le cae lo que le cayó a David (joder, cuando pienso en este hombre, no puedo evitar acordarme del concepto "zona Coverdale", acuñado por Aitor Megamelómanos) en la época 1987, pues yo mismo estaría enfermo por repetir una infinitésima parte de ese éxito, y mandaría a la mierda cualquier Ready & Willing que se me pusiera por delante. De momento, lo más cerca que ha estado de los Whitesnake taberneros clásicos que todos amamos ha sido con esto. No esperaba encontrar vida en estas canciones, pero ahí está. Mis orejas me piden darle cada vez más y más repasos al disco; no hay tampoco mucha más explicación, me gusta Forevermore.

lunes, abril 11, 2011

THE BLACK PINES SEGUIMOS EN ELLO...


The Black Pines seguimos en ruta, por supuesto. En la foto, tocando este último sábado en el Blues Bar de Cerdanyola. Para bandas como la nuestra, el circuito de salas para tocar en directo es cada vez más reducido. A lo sumo, tienes dos opciones: pagar o no pagar. En un montón de salas (Barcelona mayormente) la banda ha de desembolsar pasta para que te dejen subir al escenario. Pagar por tocar: malo, injusto, no estoy a favor de eso. La opción válida es picar piedra hasta dar con bares, salas o eventos organizados por gente de bien, amantes de la música que quizás te paguen poco, o muy poco, pero por lo menos vas, tocas y no tienes que pagar de tu propio bolsillo. Hay que estar ahí, quizás vengan a verte 100, quizás 10, pero haces lo que te gusta. Qué mejor actividad para una noche de sábado que canturrear blues y rock n´roll para el que quiera oírte. Me lo paso bomba durante todo el concierto, me olvido de las cosas que me hacen daño, y proyecto mi propia felicidad. Quiero decir, esto es lo que siempre soñé hacer con mi tiempo libre.

miércoles, abril 06, 2011

HACEN DAÑO Y LO HACEN BIEN

Me interesan las personas que hacen daño. Digamos que todos hemos hecho daño alguna vez, a veces involuntariamente, a veces con pirueta, dos volteretas y aplauso incluído. Me interesan las personas con púas en el cuerpo, las que pueden erizarse si te acercas por el lado malo y hacértelo pagar muy caro. Con elegancia, sin adornos innecesarios, dígnamente. Tan consustancial al ser humano, la capacidad de clavarnos el aguijón los unos a los otros la tenemos desde que nacemos, pero hacerlo bien y saber cuando... eso es un don. Hay tanto fantasma, tanto idiota que dispara perdigones sin saber si da o no da; los voceros, los que montan pollos, los de a mi este me va a oír, los que siempre van a decir cuatro cosas y luego se callan la boca, los inoportunos. Y luego no hay nada más triste que alguien sacando el puñal cuando no toca, cuando no se anuncia batalla, cuando los demás están por otra cosa; ni nada más ejemplar que alguien que da la estocada cuando debe darse. Los que desenfundan la frase más hiriente en el momento único y finito, ese y no otro, en el que el pinchazo va a doler y el veneno va a inocularse sin tiempo de reacción. Ellos no van a matarte, no gritan ni se las dan de montar pollos, incluso te ayudarán a levantarte, pero cinco segundos antes, cuando todavía estabas de pie y te creías invencible, te han disparado en plena línea de flotación. Y tú ni te has dado cuenta.

martes, abril 05, 2011

SAMMY HAGAR: "RED, MY UNCENSORED LIFE IN ROCK"


Muchos tienen claro durante toda su vida si son de izquierdas o de derechas, yo en cambio tengo claro que prefiero los Van Halen de Sammy Hagar que los de David Lee Roth. No me argumentes en contra, no me digas nada, lo creo así y punto. De hecho, me revienta la superioridad con la que hablan los fans de Roth (yo también lo soy en parte, eh), piensan que los demás somos como nenitas poperas sin personalidad, que no conocemos la etapa verdadéramente auténtica de la banda y tal y tal. Vale, pero yo me quedo con Sammy. Y si el debate está entre quienes son los buenos, si los hermanísimos Eddie & Alex o Sammy, lo mismo. Sammy es más listo, más simpático, se lo ha pasado bien y ha aprovhechado la vida cien veces más que los rencorosos y reconcomidos Van Halens. Sammy ha picado piedra en el rock n´roll, le ha salido bien, y se ha metido en negocios y empresas (inmobiliarias, hosteleras -sus cantinas Cabo Wabo, su marca de tequilas) que le han hecho más millonario si cabe. Él representa una forma de vivir que no parece impostada, chanclas, bañador, camisetas horteras, rock n´roll, Ferraris y una bonita familia en casa. Por lo menos no alardea de republicano radical con la casa llena de armas y cabezas de ciervo por las paredes. He disfrutado de su autobiografía Red, recientemente editada. No es la más morbosa ni la más in your face, pero está bien. Es una historia muy sueño americano. Un tipo que empieza muy abajo y que trabaja y trabaja, tiene confianza en si mismo y triunfa. Y bien pronto, porque no olvidemos que Sammy debutó con el primer disco de Montrose, ahí es nada. Luego se labró una carrera en solitario que no me cansaré de reivindicar, y les dió a los Van Halen más musicalidad, más canción, más voces, más millones de discos vendidos y la misma energía (aunque distinta) que con David Lee Roth. Soy Haggariano, punto. Sammy se detiene con recochineo en los peores momentos de Álex Van Halen (en la época 5150 este hombre bebía más que nadie en el planeta y dejaba la tarima de la batería llena de meados), y en la triste decadencia personal y física de Eddie. Su crónica de la gira de reunión del 2004 es tremenda: Eddie roto, alcohólico, tirado como un vagabundo, apestoso, paranóico e incapaz de tocar. Sammy se lo ha pasado bien, como Eddie, pero nunca ha perdido la dignidad. Al final del día, lo que yo espero es el nuevo disco de Chickenfoot, no lo que hagan los Van Halen, Roth, y el pobre hijo de Eddie.

viernes, abril 01, 2011

DOWNTON ABBEY


Sé perfectamente lo que siente uno de los mayordomos de la serie Downton Abbey, cuando se ve obligado a trabajar al servicio de alguien, el joven abogado Mr. Crawley, que, con una visión más moderna de la vida dice no requerir de sus servicios. Vestirme ya me visto yo, servirme el té ya me lo sirvo yo. Pero para ese mayordomo, servir el té es mucho más que un trabajo pasado de moda, es dar un sentido a la vida, es casi el derecho a existir. Cuestión de dignidad. La limpieza de los candelabros, las vajillas, el cuidado en las formas, la ligera inclinación en el saludo de un lacayo son en Downton Abbey una metáfora de la vida. Jerarquía y cálculo, diferencia. La historia se sitúa, como en el caso de Mad Men, en una época en la que se anuncia un cambio. Con Mad Men, los felices cincuenta y la vida del sueño americano y los melodramas coloridos de Douglas Sirk están dando paso a la contracultura y los hippys; en Downtown Abbey, familias de rancio abolengo como los Grantham (la inigualable abuela Grantham no sabe sentarse en una silla de ruedas de despacho, ni sabe lo que es dividir la semana en días laborables y fines de semana), tienen los días contados ante el avance de la modernidad. Siete capítulos como siete soles, Downton Abbey es una maravilla. Adorables seres humanos como Mr. Bates, y despreciables hijos de puta como Thomas. La vida en las dependencias de servicio en paralelo a la de los señores de la zona noble. Guiones que sacan petróleo de cada personaje, cada conflicto, cada detalle, cada secreto.