sábado, noviembre 22, 2008

CALLE TALLERS

La calle Tallers es de siempre la calle de las tiedas de discos en Barcelona. La primera vez que fuí iba con mi hermano, y exisía Discos Jesus y otras más, y en Revólver, el de la esquina, el rojo, las cubetas eran de lp´s, y recuerdo ver un día al fogoso dueño, gerente o lo que sea, escupir en uno de los discos para limpiarlo y colocarlo acto seguido en su sitio a la venta. El rock n´roll siempre ha tenido algo de freático, como el imprescindible tufo de Tallers por la noche, o temprano por la mañana, esos orines todavía calientes. Tallers ha pasado épocas malas, épocas donde la propia calle no sabía qué hacer consigo misma, si orientarse hacia las tiendas cool o tratar de ponerse guapa y alentar un cierto turismo respetable en algún hotel. Ahora pasa por un buen momento. Me encanta ir al Revólver verde entrando por Plaça Universitat y cruzarme con docenas de chavales de estética gótica, perfectos e inmaculados, en un paisaje que ya habría querido yo en mis años mozos en esta misma calle. Ahora, esos adolescentes heavys han reactivado alguna que otra tienda de bajón (el Revólver rojo), y le dan un sentido a la calle. Por lo demás, algunos locales van cambiando, demasiadas zapaterías y tiendas que a mi no me interesan, hay cafeterías monas, un entrañable pub irlandés, la imprescindible coctelería Boadas, lo de siempre... pero las tiendas de discos con solera (o por lo menos las mias desde hace centurias: Revólver y Overstocks, aunque en esta última me gusta mirar y no comprar) y las de instrumentos, con escaparates donde las preciosas Rickenbacker te saludan, la convierten en algo único. En Londres no hay una calle así.