miércoles, julio 21, 2010

CONTROLADORES AÉREOS

Como una nueva versión de La invasión de los ladrones de cuerpos, los controladores aéreos de varios aeropuertos españoles acaban de ser abducidos por vainas extraterrestres que han anulado sus sentimientos y emociones. El dolor humano y el sufrimiento ajeno ya no les importan, se han transformado en siniestras máquinas sin humanidad. Esta sería una explicación menos grotesca de lo que está ocurriendo, de nuevo, con una parte del sector aeronáutico español. Los controladores aéreos en este caso, han decidido ir a la huelga... sin ir a la huelga, utilizando bajas médicas de todo tipo para faltar a sus responsabilidades laborales. Miles de vuelos, y la economía de todo un país en la época en la que nos la jugamos con el turismo, pendiente de lo que hagan los señoritos de la torre de control. Es una huelga, con todo lo malo que eso ya implica, pero una huelga de cobardes, de ratas. Un colectivo con sueldazos (300.000 al año, leía hoy en La Vanguardia) que decide, y no es la primera vez, aprovecharse de su posición estratégica para presionar en busca de mejoras laborales. Hasta ahora ningún gobierno ha osado pararles los pies. Las víctimas, como siempre, los ciudadanos, muchos de los cuales pueden quedarse sin vacaciones, y otros que por no poder no podemos ni montar una huelga porque se reirían en nuestra cara. Para estos casos, cuando un sector que opera un servicio imprescindible para el país va a la huelga a lo salvaje, (recordemos a los trabajadores de El Prat invadiendo la pista a saco, o las encerronas que tanto gustan a los pilotos), propongo el despido libre. Deseo con todo mi corazón que todos los controladores que han faltado a su trabajo con una falsa baja médica (eso me parece tan ruín y siniestro) sean despedidos de inmediato. Basta de abusos, a trabajar todos, coño.