jueves, agosto 06, 2015

CATALUNYA Y LOS PARKINGS


En Catalunya siempre buscamos aparcamiento, nunca parking. En Catalunya preferimos dar vueltas durante dos horas por el hormiguero de Calella de Palafrugell, llegar casi hasta el Far de San Sebastià, con tal de aparcar en la calle, mientras que en la entrada del pueblo hay un parking precioso, perfectamente comunicado, que te deja guardar el coche por solo 12€ al día, el precio de algunos de los gin tonics que te vas a tomar.

En Catalunya recorremos comarcales y subcomarcales sin asfaltar, pensando que llegaremos antes y nos saltaremos el atasco, y que somos más listos que los demás. En Catalunya nos aterran los parkings, cuando ellos son el principio de nuestro ocio, y de una gran noche. El parking es nuestro amigo, pero no lo pillamos, preferimos la histeria al volante, perder los nervios y tirar nuestro tiempo buscando inverosímiles aparcamientos.

La edad te hace amigo de los parkings. Entiendes su maravillosa función social. Son el instante previo a la cena que te espera en el restaurante soñado. Los parkings cuidan de nuestro coche y allí nos esperan cuando llegamos, después de haber conquistado el mundo. Es tu tiempo, no tu dinero, estúpido.