domingo, noviembre 23, 2008

GUNS N´ROSES: "CHINESE DEMOCRACY" (2008)


Ahora mismo, la gran tragedia de Axl Rose no es haber tirado su vida por el retrete (alguna tarde neblinosa del 95 decidió hacerlo), ni tampoco estar haciendo el ridículo por todo el mundo con un disco paquidérmico, tan grande y a la vez tan vacío y tan retrógrado (aunque vaya de moderno); como aquellos gigantescos tanques que se detuvieron ante un insignificante estudiante desarmado durante la matanza de Tiananmen en los 80, el monstruo de Axl es un coloso con pies de barro, inútil y viejo, burro, y cualquier nota de las que suena en el disco de John Mellencamp (un ejemplo entre un millón) derrumba al gigante de 15 millones de dólares, como David derribó a Goliath. Sin embargo, la gran tragedia de Axl es lo que ha hecho con su leyenda, su casilla en el monopoly del rock n´roll. Desde hace años, Axl ha perdido más puntos que Sarah Palin, ya no es nada y antes lo era todo, y para el fan, pronto mirar al pasado se convertirá en un acto de desmemoria voluntaria, porque para llegar al principio de la historia, Apetite for Destruction, habrá que olvidar muchos años de estúpidas giras, decadencia (la suya y la de los demás miembros de la banda) y por supuesto Chinese Democracy. Igualmente este disco ya era malo antes de salir, ya era malo hace diez años, porque ninguna canción honrada puede parirse de esta forma, y porque las buenas obras de arte suelen salir de personas buenas, no de inútiles gordinflones encerrados en su mansión de reproches contra el mundo. La prensa y la industria hace perezosos esfuerzos para crear expectación, pero nadie que escriba una línea en una revista o periódico puede creerse estas canciones. Adiós Axl.