jueves, abril 24, 2008

NICK LOWE: "THE CONVINCER" (2001)


El último disco de Nick Lowe se titula At my age, y es perfecto, templada música de club, tranquilas canciones de una mirada cínica con el amor y el paso de los años en general. Uno de los discos definitivos del año pasado. Pero en 2001, su anterior disco The Convincer fue el que me robó el corazón. Homewrecker (con frases tipo "no one can wreck a home better than you can, and I should know that, ´cause I´m a homless man"), Only a fool breaks his own heart o la sensacional Cupid must be angry son refugios en penumbra que busco muy a menudo. The Convincer es un disco de cabecera, siempre está ahí. Nick Lowe, puntal de la new wave que modernizó y refinó el punk a finales de los setenta, se convierte a sus cincuenta y pico en un crooner inteligente, sensible, cínico -que ya lo he dicho, y muy british-, alguien que le canta al amor desde la perspectiva del que lo ha vivido y lo ve ahora todo a través del denso y calmado humo de su cigarrillo. The Convincer me hizo adorar a este hombre de pelo blanco (lo fuí a ver en vivo por entonces, él solo con su guitarra), y ahora que se ha reeditado su opera prima Jesus of cool, de su época new wave, y ahora que, como siempre, recuerdo que uno de los mejores discos de la vida, Bring the family, de John Hiatt, contaba con su labor al bajo (Nick ha sido bajista de vocación, luego productor, y cantautor y...), pues es momento de volver a escuchar The convincer, su tempo, su sentido profundo que te vuelve a atrapar aunque pasen los años, y como Nick masca estrofas como: "Smoking, I once quit, now I´ve got one lit, I just fell myself into it".

"LA NOCHE ES NUESTRA"


El género policíaco tal y como se entiendía en los setenta. Esa violencia, esa visión naturalista de los estamentos policiales, con los vasos de café de plástico, los donuts, los coches patrulla destartalados, los agentes del cuerpo agotados por su trabajo, las calles de Los Ángeles, Detroit, ya sabeis, como aquel video de Bestie Boys, Sabotage. La Noche es Nuestra recoge el guante de ese cine y le añade un drama familiar tipo Rocco y sus hermanos, para construir una buena película de género, muy tensa, que va al grano y no se detiene en consideraciones futiles. Sabes lo que su personaje principal (el gerente de un exitoso club nocturno interpretado por Joaquín Phoenix, hermano alocado de un cargo policial que encarna MArk Whalberg -horrendo su doblaje- e hijos los dos de un oficial respetado, Robert Duvall. Conflicto familiar servido), sabes lo que él está pensando en todo momento, qué va a hacer, en suma, como terminará su recorrido, pero aún así, la tensión de la historia es suficientemente alta como para que eso no te importe. No sé si en España sabemos hacer películas así, no sé si lo único que podemos hacer es darle la vuelta a los polis y convertirlo en Los hombres de Paco...