miércoles, junio 04, 2008

"LA CARRETERA" CORMAC McCARTHY


Cuando no das pie con bola en lo tuyo, y piensas que estarías mejor hinchándote a donuts en el sofá en vez de tratar de ser guionista, entonces lees un libro como este. La Carretera, el último libro del autor de No country for old men, es una historia que te emociona porque la haces tuya, y muchos sabemos el mérito que eso representa; cuando el escritor te cuenta algo y tu lo filtras a través tu vida y lo haces carne de tu alma, entonces el objetivo, el tuyo y el de él, se cumple con creces. Un padre luchando para que su hijo sobreviva, ambos caminando por una carretera, sobrevivir en medio de un paisaje post nuclear, con el mundo destruido, ciudades abandonadas, bosques calcinados y la humanidad desaparecida o convertida en manadas de animales que tratan de sobrevivir comiéndose los unos a los otros. Pero aquí no hay fusiones nucleares, ni guerras con misiles y el botón rojo en la Casa Blanca presto para volarlo todo por los aires, es solo el padre y el hijo en la carretera, intentando encontrar alguna lata de conservas en cualquier casa abandonada para no morir de hambre, usando mascarillas de tela que les protegen de la ceniza que ha converido el planeta en un infierno yermo, negro y desierto. El amor entre los dos, las palabras no dichas, los tiempos muertos, el silencio, las escasísimas informaciones que les sonsacamos sobre su pasado, quienes eran, qué demonios le sucedió al mundo, por qué ese fin de la humanidad así, sin épica, sin poesía, todo polvo y amasijos de hierro. El padre en un momento dado, al caminar por lo que fue una autopista ahora cubierta de ceniza, con cadáveres que yacen en el interior de coches oxidados amontonados a lo largo del asfalto hinchado por el calor infernal después de quién sabe cuanto tiempo, piensa para si mismo que ahora por lo menos tiene la oportunidad de ver de qué estaba hecho reamente el mundo, sin disfraces, sin ruido, sin colores chillones, sin vida que lo distraiga, ahora que ya solo quedan los casquetes, los pilares, los cadáveres y el hierro. El libro se lee rápido, y posee una rara emoción en cada párrafo, es ciencia ficción solo en una base muy profunda, lo otro, un padre y su hijo que caminan hacia el mar con un carrito de supermercado lleno de unas pocas provisiones, en los días del fin del mundo.