lunes, marzo 26, 2012

LOU REED & METALLICA, LULU


Qué pocas ganas le tenía a Lulu, y más siguiendo las distintas corrientes de opinión que se dieron tras su publicación (todo en el fondo muy predecible: los Loureedianos un poco alienados por el asunto, y los heavys que siguen rascándose la cocorota sin entender qué coño les ha pasado a Hetfield & co.). Hay novedades que nacen quemadas, viciadas por las opiniones extremas, y ya ni las escuchas. Pero en el fondo, sabía que Lulu tendría su momento en mis orejas. Y por fin ha llegado, meses después de que los que lo compraron lo hayan arrinconado en las estanterías ad eternum. Extraño, a ratos feo, Lulu me gusta porque me gusta oír escuchar a Lou Reed recitar como lo hace, y porque a ratos la química entre el viejo y Metallica funciona a todo trapo (Brandenburg gate, The view, Frustration, Mistress dead, por ejemplo). No es un disco tan complejo como lo pintan, es encontrar el tiempo para sentarte o pasearte con él, algo que cada vez hacemos menos, porque ya nadie encuentra tiempo ni ganas para enfrentarse a un cd doble como este; y es por otro lado difícil paladear en paz una obra expuesta a los prejuicios del público desde la primera noticia de su grabación. Metallica querían (y no es la primera vez) validarse como banda artie, y Lou necesitaba un vehículo potente y seguro, que no estrujara sus sesentonas neuronas más de lo necesario. Ambos firman un gran disco de anti poesía metálica que, paradójicamente, no ha hecho ningún favor a sus respectivas carreras.