martes, octubre 09, 2012

METAL CHURCH

Los dos primeros álbumes de Metal Church, el homónimo de 1984 y The Dark, del 86, son dos discos perfectos de metal. La voz de David Wayne ha sido históricamente infravalorada, el tipo tenía las cuerdas vocales de una navaja oxidada cortando piedra; luego el genio compositivo y las guitarras afiladísimas, precedente absoluto del trash metal de la segunda mitad de los 80, de Kurt Vanderhoof. El primer disco es el cruce ideal entre Black Sabbath y la New Wave of British Heavy Metal tal y como la entendían un grupo de inadaptados de San Francisco, mamada en cintas de casete recopilatorias de importación.
El segundo está entre mis álbumes de metal favoritos de todos los tiempos, también afilado como el primero pero con toques comerciales, como la adictiva Watch the children play. Metal Church cesaron su actividad en 2008, todavía recuerdo cuando allá por el 87 anunciaban por la radio su concierto con Metallica en el Palau d'Esports. Como digo, dos discos a las puertas del trash, influyentes e igual de incandescentes pasados más de 20 años.