martes, noviembre 18, 2008

TERRORISTA LIBRE

El bueno de Dexter habría disfrutado teniendo a alguien como De Juana Chaos inmovilizado en su particular camilla de operaciones forrada de plástico. Pero Dexter se equivocaría. Metiéndole un cuchillo por el agujero de la nariz, reventándole las pupilas y rajándole el torso de arriba a abajo no habría ahorrado ningún sufrimiento a nadie. No se haría justicia. Las víctimas seguirían siendo víctimas, y cualquier otro Rambo ocuparía su lugar como héroe del imaginario terrorista. Los que pretenden encarcelar ahora a De Juana por cualquier tontería -pronto lo dentendrán por cruzar un semáforo en rojo o por colarse en el bus- no entienden que verle hasta hace bien poco por la calle con la -pobre- de su novia, paseando de buena mañana a por el pan, verle libre y satisfecho por el trabajo realizado, es un acto que, uno, nos honra, ya que todos tendríamos ganas de apalearlo, y dos, es algo que va contra sus principios, los de un terrorista. Quiero decir que ahora ya no es un preso en una batalla épica reivindicando sus derechos, ya no hay huelga de hambre, ni cárcel, el héroe compra el pan y vive la existencia gris de los demás, ahora De Juana pasa por el aro, el aro de la sociedad triste y sepia, sus sueños se han hecho añicos, y solo le quedará recordar sus hazañas ante la mirada aburrida de su chica ¿Héroe? Nah, un desgraciado con cara de desgraciado que va a comprar el pan. Detenerlo una y otra vez engrandece su estúpida leyenda entre sus estúpidos seguidores, en cambio, condenarlo a la vida libre lo difumina hasta convertirlo en un microbio más de la calle.