Cuando murió Jerry Garcia y desaparecieron los Grateful Dead, miles de fans se quedaron huérfanos. Una forma de entender la música y la relación de una banda con sus fans parecía desaparecer. Phish recogieron el testigo de los Dead y a muchos de sus fans. Arrasaron durante más de una década con cientos de conciertos llenos de fiesta y color, siempre distintos y sorprendentes. Asistir a un sarao de este grupo en algún gran pabellón de los USA debía ser un desfase del bueno.
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