sábado, abril 12, 2008

TOCAR

Tocar el bajo es un placer. No tengo mucha idea, no se crean, pero con un poco de ojo y si llevas veinte años escuchando rock y viendo rock en videos etc. aprendes las bases rapidamente. Tengo un ampli de guitarra Marshall, y tocar el bajo en un ampli de guitarra es una ofensa vamos, pero ahora mismo eso no representa un problema.
Porque no hay problemas los días que me junto con cuatro amigos y tocamos. No se trata de resultados, se trata de la experiencia, tocar con batería, guitarras y voces en buenas condiciones, como es el caso, es algo extraordinario, cómo te comunicas, las miradas, la música que fluye porque todos van a una. Entiendes que los Stones sigan tocando juntos después de 45 años, siendo como son obscénamente multimillonarios. Hay algo mágico en arrancar cuatro instrumentos a la vez, como un viaje breve e intenso, siempre irrepetible. Me relaja y me hace feliz. Luego están las risas, los comentarios entre canción y canción, qué malos somos, somos la ostia. Y al final, nos sentamos al fondo de la sala, ya de noche, saciados y agotados, y escuchamos las canciones que hemos ido grabando. Entonces de nuevo más risas... Llenar las horas de tu vida con algo que valga la pena es una gran responsabilidad, hacerlo tocando el bajo con gente buena es como ganarle otro pulso, pequeño eso sí, al tiempo.

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