jueves, agosto 21, 2014

INVISIBLE

Puedo ser invisible. No necesito mucha pompa, simplemente dejarás de verme.

Ya de muy niño aprendí a ser invisible. No había más remedio. A veces no encajaba, me sentía blando y flojo, o en casa me superaban las situaciones y las cosas que tantas veces asolan la relación entre padres o hermanos. No tenía soluciones, lo único que me salía de dentro, rebelión y rendición, era desaparecer.

Con el tiempo aprendes a utilizar este poder, a fundirte con las tramoyas de las situaciones, a escuchar y a esperar. Aunque me gusta que me oigan cuando grito, y no aguanto bien papeles secundarios, es extraño, pero en muchas ocasiones, te costará notar que estoy ahí

2 comentarios:

El Maquinista dijo...

Es extraño sentirse identificado en las palabras de extraños.Yo me he ido volviendo invisible,pero igual menos de lo que me creo,no se...

Un saludo

Marc Monje dijo...

Gracias Maquinista! A veces somos invisibles a ratos, o medio invisibles! Saludos!