martes, diciembre 30, 2014

YA NO SÉ DISIMULAR


Ya no sé disimular. Antes era un actor consumado, un perfecto farsante.

Podías estar conmigo en una cena, o en una reunión de amigos, y pasar un buen rato, nos caemos bien y todo fluye. Mentira. En verdad me pareces un prepotente y no conecto en absoluto contigo, ni ganas. Pero no se notaba. Lo hacía bien. Con un poco de tiempo prudencial de adaptación, podía estar en medios adversos y sobrevivir. Mi capacidad anfibia, aunque lenta, era una de mis virtudes. Una vez adaptado, todo iba bien.

Ahora ya no. Enseguida bajo las defensas en terreno contrario, no lucho por adaptarme porque no me sale, pero es que tampoco puedo. Hablo con personas con las que no pego, e intento que funcione, porque no puedes esperar que todos sean de tu cuerda, porque hay que esforzarse y saber jugar en otros terrenos, porque lidiar con prepotentes, con pesados, con marmotas o simplemente, con gente que no te gusta, es parte de la vida. Pero ya no funciona. Se me nota a kilómetros que no encajo. Me cambia la voz, muevo las manos de forma ridícula, me tiembla el pulso cuando cojo la copa de vino, si hablo no lo hago bien, digo sandeces, y mis pequeños ganchos para que la gente esté bien conmigo dejan de ser efectivos. De repente, me encuentro desnudo, inseguro, y muerto de rabia.

Brindo pues, por los camaleones de este mundo, los que te hacen sentir bien seas quién seas. Yo tendré que reaprender lo que hace tiempo se me daba tan bien, o quizás, simplemente, aceptar que de vez en cuando hablarás conmigo y pensarás que soy un borde. Y pensarás bien.

5 comentarios:

Jorge García dijo...

A mi, no se si por suerte o por desgracia siempre se me ha dado mal disimular, siempre se me ha notado, no se si es malo pero si es incomodo y poco práctico.
Abrazo.

Franky Calzas dijo...

Yo creo que va por rachas. Tampoco puedes ir siempre por la vida en plan punky-chungo, es inevitable tener que disimular de vez en cuando, no hay mas remedio, pero hay epocas en que, por la razon que sea, no puedes hacerlo y sacas tu lado mas borde y antisocial. Pero no dura demasiado. Al menos en mi caso
Un abrazo y feliz año, Marc

Redacció dijo...

Bueno, a mi siempre me pasó que cuando estoy con mucha gente me encierro como una ostra y no me sale entrar en el concurso a ver quien suelta la parida más gorda y/o graciosa. Antes me preocupaba, porque acaba siempre más solo que la una, ahora ya me da igual, la verdad es que no sé si es bueno o no, mi señora dice que soy un asocial, pero es que me siento agusto así. Espero no caerte demasiado mal je je je. Me ha gustado mucho el texto, me siento muy identificado. Saludos Marc.

Unknown dijo...

Está muy bien el texto, pero no has de fingir nada. Tener tus propios ideales no significa ser asocial; hay gente que sabe moverse por todo tipo de terrenos y luego están los que no quieren más complicaciones de las necesarias.

Marc Monje dijo...

Efectivamente! No hay que fingir! Y cuando nos ponemos en plan ostra, como dice Chals, pues bueno, quizás hay que darnos un respiro. No pasa nada si estamos en plan ostra, otro día nos comunicaremos, o no. Lo peor es que estas situaciones te produzcan ansiedad.

Gracias por pasaros y escribir!!