lunes, marzo 24, 2008

MAÑANA...

Mañana nos vemos las caras, gente, mañana se trabaja. Olvida las comidas en el Bohemi, en Can Majó, la mona de Ratatouille regalada a mi sobrinito Gerard, más comidas, empanadas argentinas, El Japonès como siempre, horas perdidas en la alta noche escuchando Black Sabbath, hora y media de plancha (¡olé!), el cine, Sweeny Tod, Los falsificadores, partidas de carreras a la Play, en el parque con los sobrinos, fem un castell, fem un castell! tomamos algo, ¿dónde? ¿en el Milano? no que no da tiempo, paseo por la Barceloneta, solecito y cerveza, bronca con el hijo de la gran puta del vecino, leemos el diario antes de ir al mercado, con la calma y el café, tú La Vanguardia, yo El País. Calma, calma, calma, vacaciones, diseñamos nuestro tiempo, lo estiramos o lo comprimimos según nos dé, nos da igual si cogemos la moto, el coche o el coche de San Fernando, que decía mi abuela. Las vacaciones, por cortas que sean, son una pizarrita en blanco en la cual diseñas nuevos días y nuevas ilusiones. Si estos días has cumplido la mitad, date por satisfecho. Mañana volvemos a la realidad, porque la vida normal, laboral digámoslo así, es la que más se acerca a lo que somos, es el 80% o más de la semana. Diséñala a tu gusto, aunque te toquen horas infinitas de curro, aunque mañana las caras sean largas como el viaje en metro. Todo forma parte del juego. Diseña tu tiempo, alegra esa cara, cómprate una plantita con flores, o fúmate un cigarro en el balcón, de noche, antes de ir a dormir. Sí, lo sé, no será lo mismo que estos últimos días, pero tampoco creas que mucho menos. Es tu vida, y da gusto vivirla ¿no?

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