miércoles, mayo 14, 2008

PURPLE SABBATH


Ya se que debería pensar más a menudo en la situación en Oriente Medio, o en la lucha Obama/Clinton, pero mira, a veces me da por pensar en la época en que Ian Gillan se unió a Black Sabbath.

En 1983 esa fué la noticia bomba en el mundo del heavy. Gillan se unía a las fuerzas oscuras de Tony Iommi, en una especie de Deep Purle / Black Sabbath, o PurpleSabbath que dio como resultado un disco memorable, revolucionario, Born Again, que todo dios ha criticado en los últimos 25 años, y una gira donde Gillan, como siempre, no dejó de beber y perder su voz, aunque aquel escenario con los ridículos menhires de Stonhenge, que no cabían en algunos pabellones, el repertorio, ese Gillan desgañitándose para tratar de dar personalidad propia a temas que habían sido clásicos en las cuerdas vocales de Ozzy, el jodido batería de la Electric Light Orchestra en la tarima, y Iommi y Geezer Butler tratando de que la marca Black Sabbath no cayera a la altura del lodo, esos entrañables condicionantes, hacen de este uno de mis periodos predilectos en la venerable cultura purple-sabbathiana. Como toda etapa frki de cualquier grupo que me guste, yo amo esos tiempos de confusión, zozobra artística y búsqueda de identidad. Colecciono bootlegs de la época, videos y me dedico a pensar en Ian Gillan en directo, leyendo de un carpesano escondido las letras de las canciones de Black Sabbath, temas que interpretaba cada noche, y cagándola en las estrofas de Children of the grave; pienso en el horriplilante bebé de la portada de aquel disco, Born Again, que hizo potar al bueno de Gillan, o sueño con viajar en el tiempo y asistir al concierto que dieron en Barcelona. Y así paso el rato en la moto, de camino al trabajo...

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