Dee Dee Ramone, el bajista y crack de los Ramones, pronunció un gran discurso en la ceremonia de inducción de su banda al Rock n´Roll Hall of Fame en el 2002. Mientras los demás miembros del grupo agradecieron el premio a sus compañeros de carretera, al fallecido Joey Ramone o incluso a George W. Bush en el caso del republicanísimo Johnny Ramone, el bueno de Dee Dee soltó el discurso más divertido y surreal ante lo más emperifollado de la industria musical:
"Hola, soy Dee Dee Ramone, y ehm... Me gustaría felicitarme a mi mismo y agradecerme, y darme una fuerte palmadita en la espalda. Gracias Dee Dee. De verdad que eres maravilloso. Te queremos".
Y yo, después de tres semanas y pico sin tocar un cigarrillo, debería dedicarme un discurso así, "un fuerte abrazo Marc, eres lo mejor, te queremos". Ahora, a estas horas de la noche, un buen Pall Mall no estaría de más, pero tengo mis razones filosóficas para renunciar. Y mis razones humanitarias. Mi asma no me dejaba vivir, así que he tomado esta decisión que, mientras dure, me hará bien, incluso toco la armónica decentemente en el grupo ahora. Además, el médico de cabecera tuvo la delicadeza de declararme enfermo crónico, así que cada tres meses, por fin, podré acudir a mis queridos medicamentos, inhaladores de cortisona de todo tipo y color, sin mediar consulta médica, sin que un jodido polluelo licenciado de bata blanca me haga preguntas o se empeñe en hacerme pruebas y solucionarme la vida. Dame la medicina tío, dame la puta medicina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario