martes, noviembre 04, 2008
"EL NIÑO" (2005, JEAN-PIERRE Y LUC DARDENNE)
Jean-Pierre y Luc Dardenne son hermanos, y son dos de los más dotados cineastas de la actualidad. Sus obras siempre figuran en el palmarés de Cannes, y la última película que he visto de ellos, El Niño (2005), es una maravilla. Una pareja de adolescentes con un crío recién nacido viven practicamente con lo puesto, esquivando la pobreza extrema a fuerza de chanchullos hasta que, un día, el chico decide vender a su hijo a la mafia. Pero eso es el punto de partida, lo más impactante es lo que viene después, las vicisitudes que sufre un chaval imberbe para restablecer el orden en su vida después de haber caído tan bajo como para deshacerse de su propio hijo por cuatro billetes. La evolución psicológica del personaje (¡vaya actor! cualquiera de sus momentos es una lección de estudio de personaje, de talento natural, de sangre y pasión: verlo en la calle, apoyado en una pared comiéndose un bocata, la única comida que va disfrutar en todo el día, es un placer) culmina con una escena que figura entre lo más emocionante de mi imaginario cinematográfico, cuando él, acosado por la mafia, encarcelado, odiado por su novia, se da cuenta de lo que ha hecho, y en un solo segundo, su vida da un vuelco y llora en los brazos de su chica. Ese instante de revelación (¡Los hermanos Dardenne están a la altura del Dreyer de Ordet!) es un momento cinematográfico imborrable. Cuántas líneas inútiles de guión emplearía yo para mostrar un único segundo de cine de los Dardenne.
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