La cocina de Albert Sastregener es imaginativa, colorista, de suaves contrastes, y al fin excelentemente desarrollada. El restaurante Bo.TiC, situado en un antiguo molino a la salida de La Bisbal d'Empordà, Girona, marca un punto destacado en la gastronomía de la zona. Una estrella Michelín concedida este último curso es el reto de este chef y la amable jefa de sala Cristina Torrent.
(Snacks)
Y por lo que pudimos comprobar en la cena del pasado domingo, el éxito del Bo.TiC puede durar, aunque no por ello dejaré de comentar algún detalle que podría ajustarse, siempre pensando que la experiencia de una sola cena dista mucho de proporcionarte una visión suficientemente objetiva de un establecimiento, aunque al fin y al cabo, quién decide cuando podemos juzgar con validez un restaurante, una canción o una persona, lo importante es que uno tenga ganas de gozarlo, la experiencia de una cena en un lugar de interés con buena compañía, y luego contarlo, a los amigos, en un blog, donde sea... La cocina del Bo.TiC, ya lo he dicho, roza la perfección en algunos platos. Del largo y bien calculado menú que disfrutamos, destacan los snacks (todavía saboreo el ravioli líquido de Bloody Mary), ligeros, divertidos, y un entrante que me dejó boquiabierto: el gazpacho con salpicón de bogavante y albahaca, delicioso caldo que resulta de la separación del agua del tomate, sabroso, distinto, pero a la vez perfectamente reconocible.
(Gazpacho con salpicón de bogavante y albahaca)
Un error de concepto, creo, son las fresas con virutas de foie, el tercer entrante, que asesinaron la sutileza de los platos que habíamos probado hasta entonces en favor de un sabor de fresa ácido, demasiado industrial, atracón de gominola ante el cual el foie poco puede hacer. En cuanto al pescado, limpio y sencillo cabracho con delicioso parmentier de boletus; y carnes, con pies de cerdo y maravillosas tallarinas de sepia. De los postres, fantástica adaptación de Gin Tonic de Hendrick´s, y muy buen postre de chocolate en texturas, aunque es una pena que seguidamente nos sirvieran petit fours, de nuevo, de chocolate.
(Cabracho con parmentier de boletus, mango y pimienta Sechuan)
En sala sin embargo, podrían ir un poco más finos. A veces ocurre en muchos restaurantes que los camareros viven en un soterrado ambiente de tensión durante todo el servicio, y eso cuando lo noto no puedo soportarlo, una de las primeras lecciones de un buen camarero debería ser aprender a disimular tensiones y nervios; luego hubieron pequeños errores en nuestra comanda, nada sin embargo muy importante, porque la amabilidad y las buenas formas son la nota dominante de la sala. Mis mejores deseos para que el Bo.TiC afine día sí y día también todos sus instrumentos, de forma que destaque límpiamente su excelente cocina.
4 comentarios:
Uff, el difícil tema de la hostelería y los camareros.
Te podría contar muchísimo sobre éstos pero sólo con la cantidad de horas que echan y lo poco que se les pagan a la inmensa mayoría es como para hechar humo por la cabeza y no parar. Por no habar de otras cosas. En fin.
Salud.
Ay, a mí no me llaman los restaurantes con cocina de autor. Ay.
Sí, son necesarios, pero me dejan algo frío, pues si bien la comida es excelente, la sala es en apariencia algo bien cuidado, ese miniaturismo lo arropa todo, incluso el trato de camareros y jefes de sala.
O eso, o es que soy caótico, y prefiero algo más de humanidad, jejeje. Ahora estoy pensando en Robert de Nola de Caldes de Montbui, dónde al jefe de sala se le escapa algún coño, es que está muy bueno, y si quieres mojar pan, adelante, aquí se viene a disfrutar.
Como ejemplo de restaurante "frío" (con una sala con unas vistas a un jardín/huerto 100% mediterráneo) me viene el Follia de Sant Joan Despí.
En cualquier caso, me pasé por el Wagokoro y disfruté mucho, aunque no tenían conocimiento de que tú hubieses escrito nada sobre ellos, y aunque se lo comenté no te identifiqué pues no tengo tu permiso, jejeje. Enviales un mail, que son buena gente.
Jarl, ya te contaré en octubre, jajaja.
PAULA: Sí, es un oficio durísimo, de hecho, hay mucha gente que quiere ser cocinero y muy pocos que estén dipuestos a ser camarero.
L'ESBARZER: Pues tengo ganas de ir al Follia, aunque entieno que lo consideres frío.En general muchos restaurantes adolecen de falta de personalidad en el local, decorción etc.
Gracias por hablar de mi con la gente del Wagokoro, la verdad es que se me pasó enviarles el link de mi artículo. Lo hago ahora mismo. Genial que disfrutases, se merecen tener éxito y continuidad.
Mi visita al Follia de Jo Baixas, tambien me dejo algo frio. El local en si es sensacional. La decoración, la idea, el concepto, las mesas, los suelos, el servicio, todo magnifico. Todo ha salido de la cabeza de Jo.
Pero cuando llegamos a la comida, (que paro eso entras a un restaurant), le falta un algo para poder considerarlo un buen restaurante. La relación calidad precio es mejorable, muy mejorable. Hay muchos locales que mejoran la creatividad. El Follia de Pot, último invento de Jo, tiene muy buena pinta y como se mejora el ratio al mantener la calidad y reducir el precio,...tendré que probarlo.
Una abraçada Marc
Xavier
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