martes, abril 15, 2008
"SABBATH BLOODY SABBATH" UNA BIOGRAFÍA + UNA BONITA HISTORIETA
En Londres me cargué de libros a precios irrisorios, y ahora disfruto de una de esas compras, una biografía de los inventores del heavy metal en los años 70, y uno de los cinco grupos más influyentes de la historia del rock, Black Sabbath.
Una de las cosas interesantes que cuenta es cómo un accidente de juventud de Tony Iommi, el guitarrista del grupo, fue una de las principales causas del nacimiento del sonido heavy. Esos riffs pesados, lentos, oscuros de Iommi, no los tocaba por gusto, sino por obligación. La historia es fantástica. Antes de dedicarse a la música, Iommi trabajaba en el sector de la metalurgia de Birmingham, como casi toda la juventud, triste y sin futuro, de la posquerra en esa ciudad. Bien, en uno de esos duros días en el tajo, el mago del hard rock se pillo dos dedos de su mano izquierda en una plancha metálica de toneladas de peso, y se le seccionó la parte superior de ambos. Un guitarrista con solo tres dedos en una mano. El pobre Iommi estuvo a punto de dejar de tocar, pero entonces descubrió que su admirado Django Reindhart había tocado con varios dedos amputados y no dejaba por ello de ser un maestro, y así, decidió que él también superaría la dura prueba que el destino le había guardado. Tony se construyó unas fundas que sustituían las partes seccionadas de sus dedos actuando como yemas, y se dispuso a aprender de nuevo a tocar. Pero cuando pulsaba las cuerdas con las yemas el dolor era insoportable, ya que su piel no se había regenerado y estaba en carne viva, por lo que tuvo que bajar la afinación de su guitarra (de ese modo las cuerdas van más flojas y es menos doloroso pulsarlas) y tocar más lento para no lastimarse, creando, poco a poco y espontáneamente, ese sonido tan particular que sería el germen del heavy: un sonido de muerte, negro, tortuoso y aplastante como los pasos de un rinoceronte, un sonido que nació aquel día de aquella tragedia, cuando una plancha metálica se llevó los dedos del joven Tony Iommi.
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