Le he dado vueltas estos días a toda la investigación que ha realizado El País con respecto al asesino de Yolanda, una estudiante activista, quién en 1980 fue secuestrada y matada a balazos en un descampado por un ultra de Fuerza Nueva quién, y aquí está el corazón de la investigación, se ha descubierto que trabaja actualmente como formador de informática forense y telecomunicaciones para la Guardia Civil, los Mossos y la Ertzaina. El tipo fue condenado a 43 años, cumplió solo 14, incluso se fugó tres años a Paraguay mientras cumplía su pena, y con un simple cambio de apellidos reaparece ahora trabajando para los buenos, como si nada. 14 años por matar a una chica inocente de 19. Borrón y cuenta nueva y ya estoy de nuevo en circulación.
Pienso en dos cosas, bueno, tres. No me quito de la cabeza a Yolanda, una luchadora en una época en que luchar no solo consistía en llenar tu muro de Facebook con consignas y grandes frases, me entristece enormemente esta historia, lo que debieron sentir sus amigos, lo que deben sentir ahora tantos años después. Luego pienso en el hijo de puta que la mató y que ahora trabaja para los que se supone que tienen que protegernos (14 años cumplió, unos miserables 14 años); y por último pienso en una transición y unos primeros años de democracia que la política establecida nos ha vendido como un ejemplar pacto entre caballeros, cuando realmente el franquismo seguía sin desaparecer y todo estaba más podrido de lo que la gente cree, como ahora.
Bueno, pues gracias a una pequeña crítica de Manel Corazón de Rock n´roll, descubrí este pedazo de disco de versiones, bienllamado Painkillers y firmado por Left Lane Cruiser y James Leg. Aquí no importa si son versiones u originales. Estamos ante el disco que debería sonar en todos los talleres de reparación de coches del país. Esto suena a bujía requemada, armónicas oxidadas con aceite de motor, tubos de escape roncos, alquitrán, mierda de la buena. No recuerdo un disco de versiones que suene tan poco a disco de versiones. Y este alicatado de blues y rock n´roll es de lo mejor que suena por mi casa ultimamente.
Para mi fue una de las noticias musicales del 2012, en serio, David Eugene Edwards, el hijo de predicador que lleva quince años emocionándome con su música como pocos han conseguido nunca, estaba haciendo conciertos con sus Woven Hand ¡de pie! No, no es que este obtuso personaje haya tenido alguna vez problemas de motricidad, simplemente que hasta ahora siempre lo habíamos visto interpretando sus canciones sentado, alimentando poderes intangibles a través de su garganta, y entre sus manos un acordeón, un banjo o una Gretch. Verlo en directo era una experiencia mitológica, el hombre sentado, delante tuyo, llamando a dios y al diablo a enfrentarse una vez más en su música. No entiendo a David E. Edwards si no es sentado como un demente en una casa abandonada del desierto, meciéndose en el porche en un atardecer interminable. Y de pie sigue siendo una presencia impresionante, pero le prefiero como hasta hace bien poco. Y con temas como This rest, de lo mejor que ha escrito desde los discos de 16 Horsepower.
El motorista en Barcelona suele, en un alto porcentaje, comportarse como un imbécil que se cree que la vida le va de un semáforo más o uno menos. Hay una cultura de llevo una moto y hago lo que quiero que me indigna. Pero no es por eso que he dejado de ir en moto al trabajo durante, por ahora, un par de días a la semana. Primero, es por algo que le oí al médico de cabecera sobre triglicéridos, y que traducido al lenguaje llano es que mueva el culo de una vez; luego, porque siempre me ha gustado caminar. No puedo desligar el caminar de la música, pues a la que ando dos pasos necesito llevar mis orejas conectadas a unos auriculares y la música al 11, lo que me ha costado ya media sordera. La música es movimiento, y escucharla mientras caminas es darle todo el sentido. La musica se debe bailar, o conducir, o andar. Luego que el tiempo se alarga. La moto te comunica estrés, el querer llegar antes; el paso decidido hacia tu trabajo o tu casa marca un ritmo más sosegado y contemplativo. Mientras ando disfruto de la música, no pienso mucho (nunca lo hago), y dejo que las piernas me lleven a mi lugar de destino. Un poco más feliz.
"Como de vez en cuando tenía la capacidad de leer su propio futuro, supo que ese sería el mejor y el peor viernes de su existencia. Conocería al amor de su vida, pero antes de que terminara el día se despedirían para siempre y él volvería a su familia, sus hijos, su mujer.
Entonces tuvo miedo de salir de casa, no quería más lágrimas, más heridas que nunca sanarían. Se quedó en la cama, diciéndole a su mujer y sus hijos que no se encontraba bien.
Quería dormir, evitar a toda costa el futuro que tenía que ocurrir ese viernes. Pero maldita sea, no podía, el vecino estaba taladrando la pared y el ruido era insoportable. Al cabo de un rato, lleno de rabia grito: “¡Estas no son horas, gilipollas!”, entonces el taladro paró, y del otro lado de la pared respondió una voz femenina: “¡Será cabrón! ¿Qué me has llamado?”.
Y se hizo el silencio.
A los pocos segundos alguien llamaba a la puerta a golpetazos, “¡Abre coño! ¡Te vas a comer el taladro crudo!”. Él se levantó de la cama dispuesto a pelear a grito limpio, entonces vaciló un instante, bajó la mirada y lo supo, ese era el amor de su vida".
Soy un gran defensor del egoísmo en las relaciones personales. Ha llegado un punto en que no quiero comerme los problemas de otros. Cómo te voy a ayudar si tu problema me agobia, o me entristece, o me da un jodido dolor de cabeza. Necesito espacio y perspectiva, preocuparme de mis asuntos. Unicamente desde un sano equilibrio personal podemos aspirar a ayudar a los demás, pero si primero miramos por ellos acabamos descuidándonos, y olvidando qué tenemos que hacer, qué nos hace felices y qué nos hace sonreír. Atender demasiado a los problemas de la gente te puede cambiar la sonrisa, y el día que tú veías bonito, de postal, acaba mustio y rancio. Que no te toquen tu día de postal, que lo vean y aprendan.
Lo veo y no lo creo, mi blog es un jodido veterano de la blogosfera. No acostumbro a hacerlo, pero por casualidad he dado con un post sobre Barbarella, la peli, un post del 2008, cuando mi blog ya llevaba casi dos años en circulación, y con comentarios de Sammy plays dirty in person, por ejemplo. Han pasado cinco años y ahí seguimos. Nos merecemos un respeto, ¿no? En mi caso, me siento orgulloso de haber hecho lo que me ha dado la gana en mi blog, de publicar lo que he querido cuando he querido, de contestar a los lectores cuando he tenido ánimo de hacerlo, y si no, lo siento. A veces he hablado más de restaurantes que de rock n´roll, o de mi propia vida que de cine u otros temas que me interesan, como la educación, la publi, los social media, o el sexo y el alcohol, o, bufff, la política. Hace años decidí que mi blog sería yo y solo yo. Con mis defectos y mis virtudes. Puedo decir que lo he conseguido. Rock n´roll Outlaw es tan bueno, malo, jodido o inútil como yo mismo. Me alegro de no haberme obsesionado con las visitas, con los compromisos de yo te pongo en mis links si tu me pones en los míos, de visitar otros blogs por obligación, de escribir en el mío por lo mismo. He pasado semanas sin escribir nada, o meses enteros escribiendo un post diario con un promedio de un comentario, o menos por entrada. Who cares, este sigue siendo mi rinconcito para patalear, llorar, amar y, sobretodo, rearmarme para la lucha diaria. Con el rock n´roll por delante, siempre.
Un cierto aburrimiento de la actualidad musical me ha conducido a abrir en canal la discografía de Kreator y sacarle las vísceras a todo lo que nos ha dejado Mille Petrozza durante tantos años.
Obviando sus dos últimas obras (con ese sensacional, apabullante y todavía reciente Phantom Antichrist), y sus primeros clásicos de seminal thrash alemán, me estoy sumergiendo en dos discos incomprendidos ahora y en su momento, Endorama, de 1999, y Outcast, del 97. Endorama es fascinante, un punto ambiental, un punto gótico (el cantante de Lacrimosa comparte voces con Mille en un tema), con temas facilmente disfrutables, y alguna deliciosa intro de piano. Un thrash que ya no es thrash, pero que no por eso debería haber cabreado tanto a los fanáticos en su época.
Outcast es un disco salvaje, canciones de estructuras claras y estribillos que rompen partes muy ambientales, más rockeros, como en Phobia o Black Sunrise, temazos. No, Kreator no bajaron la guardia en los 90, aunque muchos todavía no lo hayan entendido. Qué placer disfrutar de dos discos que probablemente no debe estar escuchando nadie en este preciso instante. Bucead en ellos, no os arrepentiréis.
Este país es una mierda, así en general, desde Catalunya con o sin estelada hasta Estepona, Málaga. La noticia de la perrita Bruna, abandonada a su suerte en las vías del tren, malherida, sin que nadie moviera un dedo hasta que cuatro personas tuvieron la valentía de hacer algo al respecto, ha revuelto conciencias y nos ha indignado a todos. Si estás medianamente metido en el tema, tu muro de Facebook estará lleno de fotografías y relatos de perros maltratados, abandonados, torturados. No sé si es bueno machacarnos los unos a los otros con imágenes escabrosas, pero lo único cierto es que este es el país que tenemos. Los animales son importantes, son un termómetro del estado moral general, y nuestra moral está para echarse a llorar. Vivimos entre hijos de puta anónimos que abandonan perros o los torturan, están entre nosotros, como un cáncer. Tan cerca y no podemos hacer nada. Qué puto asco.
Bueno, pues será la edad, pero el último disco de Mark Knopflerme entra así de bien, y es mi banda sonora de trabajo durante horas y horas. Sí, es el mismo sonido del que lleva abusando desde que empezó con sus discos fuera del nombre de Dire Straits, ese country ligerito con sazonado celta y esas cosas. Sí, ya puede meterse la flauta por el culo, y siempre será un tipo aburrido, pero su rollo le queda bien. Será la edad, o que uno ya no tiene que quedar bien con nadie en esto de gustos musicales, así que cartas sobre la mesa, hoy he estado escuchando a Kreator y luego este Privateering de Knopfler. No sé, este señor gira con Bob Dylan y toca con él un par de temas cada noche, y Buddy Miller no. Supongo que eso significa algo. El problema es que Dire Straits condicionó tanto su vida (y la nuestra), que ha costado volverle a dar una sola gotita de credibilidad. Pero la credibilidad se puede ir al infierno, como diría Gene Simmons. Mola este disco, me relaja y me acaricia. Y es de Mark Knopfler.
Les han caído parabienes de un montón de sitios, Classic Rock ha no,brado a este Head down disco del 2012... Sin duda Rival sons están en el ajo. Me importa un huevo si se les da demasiada cancha, simplemente han conseguido lo que es tan difícil, que un tercer disco (gracias Sammy plays dirty) de una banda de rápido éxito supere claramente al anterior. Head down es más garage, más personal, más certero y mejor disco que Pressure & time. Tengo la impresión de que tendrán un cuarto, incluso un quinto disco buenos. Aunque los mismos medios que los alaban ahora igual les dejan tirados en un futuro. No importa, Head down tiene los argumentos de solidez que le faltaba a su antecesor. Y temas como Wild animal, himnos.
Remanso de paz este disco de Alvin Lee fuera de aquellos Ten Years After que incendiaron el rockoprotoputoblues psicodélico con obras maestras como Sssssh (1969) y Cricklewood Green (1970). En 1973 otros sonidos y otras necesidades tenía este nuclear guitarrista. Sonidos más acordes con lo que se llevaba por la California post hippy; guitarras acústicas, juegos de voces a lo Crosby, Stills & Nash y mucha, mucha calma, aunque Alvin Lee nos recuerda quién manda en temas de mayor electricidad como Fallen Angel. On the road to freedom está firmado mano a mano por Lee y el cantante gospel Mylon LeFevre. Está reeditado y al alcance de todos. Temas como So sad (no love of his own) no deben faltar en tu botiquín de primeros auxilios.
Banda conectada con la vanguardia del metal de finales de los 80, Kreator suenan en su seminal Extreme Agression igual de convincentes que hace más de 20 años. Con Stream of Conciousness o No reason to exist, redescubres a una banda joven escribiendo letras como verdades. Gritando a su generación diera un paso adelante y saliera del muermo (recomiendo visionar en Youtube el documental Thrash Altenessen, que toma como base a Kreator para pasar a retratar lo tirada que iba la peña en la desolada región del Ruhr, de donde procedía la banda. Deprimente paisaje de unos chicos sin futuro). Lo hacen liderando el thrash europeo. Con un presente envidiable (su último disco Phantom Antichristsigue fijo en mi reproductor), Kreator eran capaces de marcar a fuego la vida de un adolescente en 1989, y conseguir, con esa misma música, seguir dejando huella en la de un padre de 36 años.
Odio montar pollos, exaltarme. Y no debe ser este el primer post sobre este sentimiento desde que abrí el blog. Que no puedo. No me gusto cuando me exalto, las palabras se me atragantan, gesticulo como un muñeco idiota escacharrado, pierdo el norte de la conversación, soy como un cohete lanzado por un mono en dirección a ninguna parte. Los hay que disfrutan en la tensión, en la discusión y en el cargarse de razones. Lo mismo la montan en la cola del pan que en una conversación entre amigos. Y yo no quiero parecerme a ellos. Si algo me ha dejado mi padre es la capacidad (otra cosa es que haga uso de ella) de pararse, distanciarse y valorar las situaciones. Luego te ahorras disculpas y prisas para pedir perdón. En distancias más gigantescas y mediáticas, no sé, a mi también me gustaría atormentar a gritos a algunos políticos, pero en la cercanía, necesito controlar mis emociones, sino me voy hacia la tormenta como un barco a la deriva. No me gusta perder el equilibrio, hablar más de la cuenta, salirme de la carretera, por no hablar de alzar la voz y cargarme de razones como un primate.
Alejado de la locura productiva que le llevaba a editar discos que ahora ni recordamos (Love is hell, Cold roses, Demolition etc. etc.), Ryan Adamsse descolgó en 2011 con Ashes & fire, su mejor disco desde la época Gold. Por fin salía algo digno de su talento, sin docenas de temas de relleno, y aburridas baladas con estribillos blandos y ñoños (otro especializado en escribir estribillos de pan bimbo es su amigo Jesse Malin). Aquí las canciones eran acústicas y había magia, verdad y talento. Un disco balsámico que he recuperado y del que no me desengancharé facilmente. Son canciones que logran conectar con mi estado de ánimo, me comunico con ellas y ellas conmigo. Ya era hora Ryan.
Fantástica experiencia la de comer en el Tanta. Restaurante, se autodenominan bistro, de cocina peruana que está brillando ultimamente en Barcelona, después de haberlo hecho en Madrid. Gran local con largo hall con su barra de cóctels y al final, un restaurante amplio, cocina a la vista, con personal amable, líneas modernas muy acertadas, y lo más importante, una cocina que sorprende. Los ceviches están de moda, y no nos extrañe que en un futuro le coman terreno al sushi y sus variantes como un gran plato cosmopolita de cocina internacional.
El ceviche no es problema en el Tanta, lo preparan de un montón de formas distintas, y es una delicia; igual que otras especialidades como el "sudado", una sopa con dorada y chile amarillo que era un gozo. Pero lo que más nos alegró la comida fue la degustación de "causas", o patatas al estilo de Perú, preparadas como una suave masa de patata, limón y, creo, chile entre otros ingredientes. Probamos tres distintas, a cuál mejor. El precio total podría ser más alto, comimos mucho (una panceta que pedí de segundo me desbordó completamente), así que me parece bien ajustado.
El ambiente fantástico, restaurante practicamente lleno, y mucho cliente sudamericano que sin duda sabe que allí no lo van a engañar. Queda como deberes una visita nocturna, con probaturas en la carta de cóctels, me han dicho que me haga ya con un pisco sour. Hecho ¿alguien se ofrece para hacer de canguro?
Bien al paso que voy, estaré escribiendo posts de los discos del 2012 hasta bien entrado el 2014. Se me acumula el trabajo, pero tampoco me preocupa. En mi blog los tiempos los marco yo, y ahora mismo, por no haber, no hay ni tiempos. Aerosmith, Music from another dimension, disco de regreso tras inacabables años de criar rumores estúpidos, sacar un disco estúpido de blues y envejecer haciendo giras alimenticias. Me importa un huevo lo que haga Steven Tyler con su vida, si sale más o menos por la tele (esa manía de otorgar pedigree rockero según cuotas mediáticas), y bien, en general me importaba un huevo lo que hicieran Aerosmith con este nuevo disco. Pero, y me ha pasado algo parecido con Van Halen, esperaba tan poco que al final me han ganado. Aunque el disco no es tan exageradamente sorprendente como el A different kind of truth del si/no/nsnc rehabilitado Eddie Van Halen, sí que me deja con un regusto a los viejos Aerosmith clásicos, los que inventaron el rock duro D.O USA. Los riffs están ahí, en Legendary child, Luvxxx... si bien las composiciones no sean sobresalientes, pero los tres primeros temas, por ejemplo huelen a sonidos que creíamos perdidos para siempre. Fallan en las baladas, porque a estas alturas poco importan las tonadas aerosmitheras, -Alicia Silverstone debe tener ya nietos- y más si ni siquiera rozan el aprobado compositivo; la última power ballad como dios manda del grupo y los mercenarios que les ayudan a componer, fue Hole in my soul, de Nine lives, y de eso hace ya más de 15 años. Es tan fácil pensar que el rock n´roll es de Joe Perry (mola mazo Freedom fighter, por cierto) y la tontería de Tyler. Yo diría que si han tardado tanto en marcarse un gran disco como este es porque a una edad, uno quiere trabajar menos y vivir más tranquilo. Pero la crisis tiene esas cosas, las grandes bandas (Aerosmith, Kiss, Van Halen) ya no tienen suficiente con girar, y deben regresar al estudio con la cabeza gacha y el rabo entre las piernas para mantenerse en la actualidad, y seguir con las grandes giras. Qué paradoja, cuando parecía que internet haría que gente como Gene Simmons o Steven Tyler ya ni se molestasen en volver a pasar por un estudio. A trabajar, coño. Por cierto, si no lo digo reviento, lo mejor del disco, la intro: "We control the harmonics...!"
Cinder & sons tenemos otro tema que espero que os guste. Las imagenes que acompañan son de Perversidad, este tremendo film de Fritz Lang, con el mejor Edward G. Robinson de la historia. Me produce especial placer hacer una canción y que esta me lleve a películas que me han marcado. Bueno, ¡gracias por escuchar!
I lost de job of loving you, cantan estos dos veteranos, Buddy Miller y Jim Lauderdale, Buddy & Jim; y cuántas veces nos ha pasado, ¿eh? eso de perder el curro de amar a alguien, ser incompetentes, inconstantes y malos empleados del amor. Es el primer tema de un disco de country, bluegrass yfolk de autor, firmado por dos tótems a quienes sigo con devoción desde hace tiempo. Si buscas engancharte, prueba con el sexto tema Vampire girl, y lo demás vendrá solo. Hay un groove y una gracia, y luego temas como That´s not even why I love you, de poso, de lenta sedimentación. Es uno de esos discos esperado con ganas, y que degustas desde la portada hasta el último tema. Buddy Miller esparce su carrera de forma que nunca te aburras con él, produce, preciosos discos con su mujer July Miller -que aquí firma un par de canciones-, colaboraciones con Robert Plant, el maravilloso disco con el nombre The Magestic Silver Strings; y Lauderdale va a la suya, embalado con los discos en colaboración con Robert Hunter. Dos hombres potentes de la música de raices norteamericana, y un disco no apto para domingueros ni clientes de paso.
Se nota que en la producción está Dan Auerbach, de The Black Keys, y se nota que el doctor está en forma y a gusto. Álbum fresco, vivo, como una coctelera en contínua agitación. Dr. John parte la pana con Getaway, la fenomenal Ice age, la penúltima My children, my angels... Los que alguna vez me leéis, ya lo habréis disfrutado, es uno de los discos del 2012, yo tan solo quería dejar constancia escrita, tenía que hacerlo. Por respeto, vaya. Lo bien que colisionan la juventud y la veteranía, si el punto de encuentro es la inteligencia y la pasión. Me gustaría que este disco también acabara en las casas de las miles de personas que llenaron el concierto de The Black Keys en Madrid, porque sin duda Dan Auerbach pone su sello, pero me temo que eso es arena de otro costal. Afro voodoo man en todo su esplendor, "Mac" Rebennak, otra leyenda que consigue dar grandes obras con más de 70 años.
Putadón como una catedral. Nuestra grandota, Nahir, tiene un tumor maligno. Por suerte se lo han conseguido quitar, pero a medida que pasen los años, irá aumentando la posibilidad de que se le vuelva a reproducir. Ahora está bien, como siempre, hecha un panzer, la perra más buena del mundo. Mi hija cuando la ve venir se pone a gritar como si estuviera viendo al payaso Fofó, y ella, Nahir, la acaricia a lametones, con toda la suavidad. La adoptamos en la protectora de Barcelona, hacía un mes que la habían abandonado, y allí estaba, entre docenas de perros, quieta, con esa especie de depresión fantasmal que sufren muchos perros que han sido abandonados por sus dueños hijos de puta. España tiene el honor de ser uno de los países donde se registran más abandonos. Vas por el Tibidabo, o por la zona de Valldoreix, y de vez en cuando se te cruza alguna manada de perros sin dueño. Es patético y triste. Por eso queremos tanto a Nahir, además de que como he dicho, es la perra más buena del mundo. No entiendo la vida sin mis peludos alrededor, y creo que darles amor me hace mejor persona.
Bueno, pues hoy la lección del día ha sido clara. A veces uno se preocupa demasiado por como actúa delante de la gente, si ha estado bien con los amigos, en el trabajo, si ha dicho algo que no tenía que decir. Librarse de esas cargas puede ser un verdadero engorro, más si juegas en la liga de los que parece que disfruten autofustigándose. Pero no pasa nada. Los problemas suelen ser más pequeños, y seguro, siempre pasan. Porque el mundo cambia, todo se mueve. La lección de hoy, el derecho que tenemos a pensar que los demás están bien con nosotros, sin que tengamos que actuar, ni llegar a ser nadie para conseguirlo, Mira a tu alrededor, la gente está contigo por algo.
Casi todos estamos de acuerdo. Ha sido el final perfecto.Led Zeppelin dando un último concierto cuando aún conservan lo que hay que tener para que todo suene bien. Lo primero que me chocó fue que Plant cantaba un poco a tientas, como con miedo de que se le fuera la voz en algún tema, o a soltar un gallo, pero ahora, varias escuchas después, le veo en plena forma, con un toque humano, un punto de debilidad y de lucha por sacar las castañas del fuego cuando el cuerpo te dice lo contrario, que hace de su actuación vocal algo memorable (esos "push, push, push!" de Trampled under foot!). Los demás están perfectos, y todo es perfecto. En especial el primer cd, porque al segundo uno le tiene mas pereza al haber más clásicos escuchados miles de veces, sin embargo en los primeros temas hay maravillosas sorpresas, como el emocionante inicio con Good times bad times, la oscura, maravillosamente ejecutada In my time of dying, el sorpresón de For your life y mi favorita Nobody´s fault but mine (¡viva mi querido e infravalorado Presence!). Tanto en imagen como en audio, se trata de un documento que debería estar presente en todos los hogares, y que sobretodo gracias a la consabida integridad (inteligencia) de Plant, se ha convertido en el final soñado.
Hago esta clase de posts de cuando Marina no se duerme. Lleva dos horitas dando la murga, y parece que va para largo. Digamos que sale los jueves, como los universitarios. Y sin embargo, hay una especie de paz (si se limita a permanecer despierta, sin incluir lloros) que invita a pensar. Aunque a veces cansado, mentalmente cansado, me siento reforzado por mi condición de padre. Es como una coraza que me impide caer en el siniestro total de otros tiempos, un bonus que me da fuerza y confianza. Ser padre es lo que más se parece a tener un título nobiliario, es una placa de poli, un collar de pinchos que avisa a los demás, y también una ventana abierta a comprender las cosas, a querer a los que te rodean, a ver las cosas más en conjunto. Hoy un amigo me ha dado la noticia de que será padre en verano. Le espera una aventura del copón. Espero que tenga qué hacer cuando su hijo no se duerma. Si llora y está movidito, tendrá que apechugar, pero si no, si solo tiene los ojos como platos y no para de moverse arriba y abajo, que tenga algún hobby pureta para pasar las horas: coser, escuchar tertulias por la radio, o escribir posts en un blog.