miércoles, enero 07, 2009
MUERE RON ASHETON
martes, enero 06, 2009
FUNKADELIC: "MAGGOT BRAIN" (1970)

Yo flipo con lo que ahora se considera vanguardia. La gente pierde el culo por grupos que no son sino facsímiles con otra encuadernación de sonidos mil veces desarrollados en otras épocas. Vende el término "vanguardia", tanto como esos Parental Advisory: Explicit Lyrics que tantas bandas soñaban con tener pegados en las portadas de sus discos, vende "prohibido", "morbo", "peligro"... y "vanguardia" por supuesto, al contrario que "tradición", que no vende un churro. Al público le gusta pensar que está en la cresta de la ola, le gusta saber que el disco que ha comprado o la descarga que acaba de hacer cambiará el desarrollo del arte para siempre; la moda y términos como "vanguardia" no son sino enfermedades del ego, nos encanta sabernos modernos, a nuestro ego le mola la vanguardia, y eso la industria lo sabe fantásticamente bien: cuantos más discos pretendidamente rompedores mejor, más tendrá para escoger el ego. Pero a lo que voy: ahora mismo, escuchando Maggot Brain, el disco de 1970 de la agrupación funk liderada por George Clinton, viajando a una esfera desconocida con el instrumental apoteósico Maggot Brain o glorias funk como Hit it and quit it, en este preciso instante pues, creo que no ha habido nada vanguardista 100% en la música desde... este disco. La música negra de aquellos años era un disparadero de ideas luminosas, únicas: Sly & The Family Stone, Isaac Hayes, Marvin Gaye, Funkadelic... No ha habido nada que abrasara de igual modo la música establecida, o por lo menos que lo hiciera con tal derroche de creatividad. Porque el punk por ejemplo, es el gesto que le rompe la nariz a la sociedad y la industria, pero se trata del gesto, no de las canciones. Funkadelic por su parte construyen un nuevo orden musical, aquí hay teoría y canciones además de gesto, y en unas formas y cantidades que dudo se hayan vuelto a repetir.
REGALOS
domingo, enero 04, 2009
LOS CRONOCRÍMENES (2007,NACHO VIGALONDO)

Estos días he podido disfrutar de dos muy correctas películas españolas de última hornada, Casual day, dirigida por Max Lemcke, muy al estilo Método Gronhölm o Bienvenido a Farewell Guttman, es decir, las bajezas humanas que salen a relucir dentro de la jerarquía de una empresa. Tipos con corbata, trepas y mucha mala leche. Y sobretodo he gozado con Los cronocrímenes, de Nacho Vigalondo, un cruce entre La Máquina del Tiempo y Atrapado en el tiempo, una película de ciencia ficción facturada con mínimo presupuesto, cero efectos especiales pero una idea de guión absolutamente imparable. No me extrañará ver un remake made in Hollywood con Matt Damon en breve, tiempo al tiempo. La recomiendo, una buena forma de recuperar el tiempo perdido viendo Ultimátum a la Tierra.
sábado, enero 03, 2009
ESCUCHAR
jueves, enero 01, 2009
THE WHO: "AT KILBURN 1977"

No hay mejor forma de empezar el año. En tu reproductor de DVD tienes a los Who haciéndose pedazos en escena, 1977, poco antes de morir Keith Moon, con Pete Thownsend histérico apaleando su Les Paul y a su pobre roadie, John Entwistle mirándoselo todo cual morsa en su montículo y Roger creciéndose a cada estribillo. Live at Kilburn es el DVD que deberás poner a tu hijo cada mañana envuelto en papel de plata en vez del bocata. El concierto derrama tanta sangre, tanto rock n´roll que es inexplicable ¿O si lo es? The Who eran una rareza, eran cuatro solistas, cuatro fuerzas de la naturaleza, y cada uno iba por su propio camino. Los entrenadores de fútbol, los profesores en las escuelas, los curas y los psicólogos dicen que en la vida hay que jugar en equipo y ser generoso con los demás. Eso suena bien, pero ninguno de los Who jugaba en equipo ni era generoso con los demás, los cuatro querían, necesitaban, se morían por brillar, y en su firmamento solo había sitio para una estrella. Cuando John toca su bajo, parece que solo esté él y su sonido distorsionado y frenético; Pete por su parte distribuye sus riffs entrecortados según le apetece, y brinca y baila como si en la habitación solo estuviera él, Keith Moon está en su propio show, él también, el show de Keith Moon, y Roger parece cantar con los oídos taponados, pasando de los otros tres, concentrado en expandir la fuerza de las melodías y sacando partido de sus habilidades con el cable del micro, como seguro que copió Indiana Jones con su látigo. Quiero decir ninguno de ellos presta atención a lo que hace el otro, su ego es tan monumental que no ceden un milímetro el protagonismo; si jugaran al fútbol, los cuatro querrían tirar los penaltis, si fueran árbitros ninguno querría ser juez de línea y se pelearían por tener el pito. Pero sin embargo en escena las canciones surgen, y el sonido Who está ahí, las notas salen de los cuatro músicos que habitan en sus cuatro mundos, y se entrecruzan de forma perfecta, mágica, y se crean himnos como Substitute o I´m free. No sé como demonios lo hacían, no jugaban en equipo, pero dios, el equipo siempre ganaba.
miércoles, diciembre 31, 2008
¡¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!!

Me gusta que Peter Cushing esté presente en las fases importantes de mi vida, así que aquí le tenemos de nuevo, sonriente porque quiere felicitar a los vivos por el año nuevo que está a punto de venir, y porque piensa que nos va a ir muy bien. Peter siempre se preocupa por mi, y sé que ha procurado ordenar las fichas del destino para que me sean favorables, a mi y a la persona que más quiero en el mundo, que es mi mujer. Dice que nos va a ir de puta madre, espero que a vosotros también.
ISRAEL / PALESTINA
martes, diciembre 30, 2008
EXCESOS Y LOTES
Pero sí hay un reducto donde todavía perviven las viejas navidades (dejando de lado el Gordo -¿veis esa obsesión por la comida?- el Niño y demás), esas navidades de llenar gaznates como si fuéramos ocas, me refiero al desagradable mundo de los lotes de navidad. Que se jodan los lotes. Millones de occidentales nos llenanamos la boca con nuestra modernidad social via facebook pero luego aceptamos llevar a casa esas pesadísimas cajas, regalo inútil de nuestros jefes, a quienes seguiremos odiando porque, 1- El lote es una mierda, y en el caso de que no nos lo den, 2- Que agarraos que no dan lote. Bien, aceptemos que nuestros jefes no tienen ni idea de marketing emocional, y que creen que con una caja llena de turrones nos van a mantener contentos. Aceptemos que llegamos a casa, un año más, con el maldito lote. Desenvolvemos, abrimos ¿qué hay? Un montón de productos inútiles que van a reducir nuestra ínfima cocina a la mitad: montones de turrones que no terminaremos ni siquiera abriremos, espárragos, conservas, vino, cava, vodka... Vale, no suena del todo mal, pero y esa ínfima calidad ¿donde está nuestro orgullo?: vinos de bodegas que solo deben conocer en Armenia, cava de peor guisa que aquellos entrañables Rondel Oro Rondel Verde de nuestra infancia, Limonchelos y vinos finos de duro pelaje y peor gusto, cantida y cantidad, nula calidad. Cuántas casas invadidas por latas de espárragos y conservas Dani, berberechos, escupiñas, cuántos kilos de polvorones desbordando nuestras despensas a la espera de que algún día sirvan de cemento o yeso para fracturas de fémur. Los lotes navideños son los restos de aquellas navidades donde lo importante era irte a la cama con la panza redondita, como si llevaras un balón escondido debajo del jersey. Por supuesto, a pocos empresarios se le ocurrirá gastarse el mismo importe de un lote tradicional en una sola botella de vino decente, un buen vino, para cada empleado. En este país sigue primando la cantidad sobre la calidad, como prueba esas cenas de navidad con la empresa: nadie se rasca mínimamente el bolsillo para, por lo menos, evitar que te envenenen cuatro cocineros del este con sus bistecs con patatas a precio de saldo y ese vino más corrosivo que la sangre de un alien. Comer mierda, pero por lo menos, mucha mierda.
domingo, diciembre 28, 2008
Levon Helm (con Warren Haynes) Live 2008
La batería puede ser un instrumento suave, lleno de matices; es un placer saber que tantos años después Levon Helm (batería y una de las voces principales de The Band) no solo sigue cantando con esa voz, sino que toca la batería con esa alegría y desparpajo. Su disco de 2007 Dirt Farmer fue de lo mejor del año pasado, pero lo mejor es ver que para algunos, la edad es solo una excusa para dar lo mejor de si mismos. Cada golpe de baquetas es una lección ¡nadie toca la batería así! ¡nadie canta como él! En esta ocasión, le acompaña Warren Haynes, un hombre que sabe estar siempre en el momento y sitio adecuados, y con las mejores compañías.
sábado, diciembre 27, 2008
"WALL - E" (2008, ANDREW STANTON)

Wall-E es lo más parecido a E.T que se haya podido ver desde E.T. Una película con la que un público masivo principalmente infantil (aunque sería más adecuado considerarlo multigeneracional, como aquellos juegos de mesa "de 3 a 99 años") pueda emocionarse, sentir, y además hacer volar la imaginación, aprender y salir del cine habiendo ganado un gramo o dos de humanidad. Y más allá de los paralelismos con E.T, simplemente he de decir que ahora mismo no encuentro mejor película para recomendar que Wall-E. Pixar es una talentosa macro empresa que gasta millones de dólares, ya no en nuevas tecnologías, merchandising, publicidad, efectos especiales etc. sino simple y llanamente en hacernos felices. Pixar es un buen argumento en contra de los que dicen que el capitalismo es el diablo y debe morir, yo quiero empresas privadas, ricas y poderosas si son como esta, el capitalismo más febril ha creado a Pixar así que ¡viva el capital!

El derroche de imaginación, la atención al detalle, el sentido poético de las imágenes de Wall-E está a mucha distancia del de Shrek o la misma Cars de Pixar, por poner dos ejemplos. Wall-E es cosa seria, tanto que algunos niños, los peor educados por sus padres, los poco pacientes, los mosntruitos que todavía no han desarrollado un sentido de la atención, del dejarse llevar por la magia sin hacer preguntas ni querer ser los protagonistas, saldrán del cine sin haberse enterado de nada, después de haber pasado hora y pico aburridos. No hay problema, que vean Wall-E el año que viene, o el otro, cuando estén preparados para absorberla. Hay humor, hay un mundo futuro fascinante, hay discurso social bien planteado, hay drama, emoción. Gracias Pixar.
viernes, diciembre 26, 2008
"SPEED KING"

¿En qué instante musical se encuentran encerradas las esencias del rock n´roll? ¿Es el riff de Satisfaction el rock n´roll? ¿Smoke on the water? ¿El final de Free bird? ¿El riff de You really got me? Cada uno escogería su momento de rock esencial, el que enviaría a Plutón en un chip o un USB, para que los plutonitas entendieran con unos pocos segundos de música qué demonios es el rock n´roll. Un solo instante, un solo gesto, que defina seis décadas de grupos, conciertos y discos. A veces todo se reduce a un gesto. Y el gesto definitivo y definitorio del rock n´roll, el que enviaría yo a Plutón, serían los 50 primeros segundos de Speed King, apertura del disco nodriza del hard In Rock (1970), de Deep Purple. Una sola explosión sin melodía ni sentido, bajo, batería, teclado y guitarra en un aquelarre que marca la frontera entre el orden y el caos. El exabrupto de 50 segundos, que luego se torna por arte de magia en interludio pacífico y precioso de órgano para volver a explotar en el tema propiamente dicho, Speed King, clásico del cancionero purpleliano, debe ser tomado como un acto de vanguardia, que en 1970 adelantaba cualquier meada del punk sobre la música establecida. Para mi no hay músico más punk que Ritchie Blackmore, capaz de prescindir de una técnica y sensibilidad privilegiadas para volverse un psicótico monstruo que corta la yugulares sonoras con su Stratocaster. Deep Purple eran tan buenos que debían dejar de serlo de vez en cuando, era como si su respuesta al virtuosismo que representaban tuviera que ser lo más primitiva posible, como pasar del beso romántico al eructo. Child in time, del mismo In rock, también refleja esa tendencia, del lirismo y la sensibilidad de músicos clásicos a la batalla feroz en cuestión de segundos. Si hay que extraer la médula espinal del rock n´roll, el sentido, el gesto, y luego enviarlo a Plutón, creo que estos 50 primeros segundos de Speed King servirían.
jueves, diciembre 25, 2008
KING

King Diamond lo dice: no presents for christmas. Él sabe más que nadie qué fue de Santa Claus, del caga tió y de los reyes magos. Todos cayeron en sus viciosas manos, fueron cortados a pedacitos, vaciados por dentro en un oscuro laboratorio y convertidos en marionetas por un grupo de enanos de Movistar, sus órganos sexuales descansan en el cementerio adyacente al chalet de Mr. Diamond, en la cima de una fría colina en Rumanía. Estas fiestas pues, no hay regalos. Aún así, feliz navidad a los que os pasais por este blog, cosa que King y yo os agradecemos de verdad.
martes, diciembre 23, 2008
RESTAURANT SANTA
Elaborar buenos platos para el cliente que come a diario fuera de casa es un gran mérito. Hacer de la cocina de laborables, la del menú con postre y copa de vino algo divertido y honesto es un logro poco común. Hoy he comido unos huevos pochados con salsa de setas y patatas que eran una delicia, plato hondo, disfrute total a las dos y media de la tarde, un día de trabajo. Para empezar sirven un primero igual para todos los clientes, un primero dividido en tres: una sopa de miso, una ensalada sin pizca de gracia (algo que suele repetirse en tantos restaurantes, piensan que con las cuatro hojitas tricolor bien colocadas nos vamos a ir tan contentos ¡reclamo dignificar la ensalada, no somos putas vacas!), pero como digo, el segundo es el centro de la comida, esos huevos fantásticos, y los postres, el mio un cremoso de naranja, creo, son suaves, como debe ser, el brownie para los centros comerciales. El lugar es moderno, con la cocina a la vista y bastante ambiente, aunque a mediodía el sol puede fastidiarte la vista si estás sentado en el lugar incorrecto, como me ha ocurrido a mi. Si tu oficina está por la Ciudadela o Poble Nou, concédete un detalle un día a la semana, pásate por el Santa y deja el táper en casa.
LOTERÍA
lunes, diciembre 22, 2008
MARC FORD & THE NEPTUNE BLUES CLUB: "MARC FORD & THE NEPTUNE BLUES CLUB" (2008)

Llego tarde al nuevo disco de Marc Ford, Marc Ford & The Neptune Blues Club, pero la dicha siempre es buena y ya desde los primeros acordes sé que esta es una fiesta a la que estoy invitado. Main drain, la tensa Freedom fighter... Un disco de certezas, un disco de oficio. Me encanta el sonido, la harmónica que pinta algunas canciones, y la voz arrastrada, siempre un punto lejana, del ex Black Crowes, que aquí se produce a sí mismo, como también lo ha hecho para The Steepwater Band. Este hombre camina sobre seguro, y tal y como él me garantiza buena música en cada lanzamiento (me gustó también su anterior Weary & Wired), yo le garantizo que seguiré pasando por caja.
domingo, diciembre 21, 2008
"POLICE" (1985, MAURICE PIALAT)

Cine francés duro y sin concesiones. El día a día de un agresivo policía en una comisaría de barrio. No parece una ficción, es como si vieras la vida misma. La vieja comisaría, las ostias a los detenidos, los calabozos, los interrogatorios y por encima de todo el protagonista, el policía magistralmente creado por Gerard Depardieu, primero un cerdo que tortura a sus detenidos, luego un ser humano que poco a poco nos abre su corazón al enamorarse de la persona menos adecuada. Memorable también la subtrama de amistad entre Depardieu y el abogado que defiende a la mayoría de detenidos que llegan a sus manos. Vale la pena detenerse en cualquier escena aparentemente vacía, como cuando Depardieu se mete en un bareto de madrugada y un detenido a quién él había golpeado dúramente en comisaría, salido ya del trullo, le invita a un whisky, sin rencores; a veces las historias policíacas no se reducen a persecuciones de coches, en Police no recuerdo ni una, pero en cambio es la visión más veraz y documentada que he podido disfrutar del mundo de las comisarías. Dirige Maurice Pialat. Ya no se hacen películas así.
NAVIDAD MATERIALISTA
jueves, diciembre 18, 2008
GUIONISTAS
SAXON

Saxon, una de mis bandas más queridas, vuelven a engrasar la maquinaria ante el inminente lanzamiento de Into the labyrinth en Enero. Sus giras, y sus últimos discos (el excelente The inner sanctum del año pasado o el Killing Ground de 2001) demuestran que Biff Byford sabe lo que se hace al seguir dedicándose a esto de cantar heavy metal en vez de montar un pub o una empresa de alquiler de coches. Se machacan a conciertos durante todo el año y graban música muy muy digna. Ahora mismo, me interesa más cualquier disco nuevo de Saxon que uno de Iron Maiden o Def Leppard, por compararlos con otras alimañas inglesas de aquella sagrada New Wave of British Heavy Metal que sacudió la música dura de finales de los 70 y principios de los 80. Espero con ganas su concierto en Marzo, alzaremos nuestras Guiness en su honor.
Molly Hatchet - Fall Of The Peacemakers - Live 1983
Los habrá mejor vestidos, más delgados y más canallas que Molly Hatchet, la antítesis del glamour, pero esta canción está a la altura del Free Bird de Lynyrd Skynyrd, o por lo menos, es prima hermana con derecho a roce. Justo lo que necesito para merendarme un día como este. A veces todos necesitamos batallas épicas que resuenen en nuestra cabeza, para así poder superar las torpezas del día a día.
martes, diciembre 16, 2008
ZAPATAZO A BUSH
lunes, diciembre 15, 2008
BETTIE PAGE

Desde aquellos días en los que me fotocopiaba las picantes páginas de un libro de importación de un amigo dedicado a Bettie Page, me enamoró su físico -claro- y su desparpajo. Esta mujer no solo era sexo, era un volcán alegre por estar vivo, por sentirse a si misma, como una niña que juega sin más, sin pensar en quién la juzga. Hay mitos en mi vida que permanecerán más tiempo porque creo que eran buenas personas. Y Bettie lo era, estoy seguro, por más turbulenta y triste que fuera su vida después de abandonar el mundo de las pin ups a finales de los 50. Y en su época de gloria, ella fue la modelo que nunca alcanzarías, pero a la vez, su sonrisa, su despreocupación y naturalidad hacían creer a sus fans que todo era posible, y que quizás su vecinita de al lado era como ella. Bettie Page no solo levantaba miembros, sino que levantaba autoestimas. Con ella el sexo era algo natural y alegre. Bettie Page ha muerto, pero su sonrisa iluminó muchos rincones oscuros, muchas mentes cerradas, muchas censuras atávicas.
domingo, diciembre 14, 2008
KISS: "THE RETURN OF KISS TOUR 1979"

1979, Kiss son la banda más popular de Estados Unidos, son una máquina de franquiciar productos de merchandising (desde kits de maquillaje hasta máquinas de pinball), obtener discos de platino y llenar portadas de revistas de rock y no rock. Pero para ellos eso no es suficiente, en su cabeza son sencillamente la banda más popular de la historia de la humanidad, y ahora quieren demostrarlo, que se les cite en las enciclopedias junto a Kennedy y Sinatra. Por ello, en los planes del management para el nuevo tour de apoyo a Dinasty figuraban varias propuestas que a nadie le parecían demasiado descabelladas para una banda como Kiss, propuestas pensadas para hacer de los cuatro super héroes, cuatro dioses inalcanzables, y cuatro máquinas expendedoras de billetes verdes : Para el tour "The return of Kiss" de 1979, se estaba diseñando un escenario que se asemejara a un gigantesco hangar futurista, con cierto toque que le diera también un aspecto de pista de discoteca al estilo Studio 54, muy en boga por aquel entonces; querían también montar un super parque de atracciones dedicado a la banda -montaña rusa Kiss, túnel del terror Kiss, algodones de azúcar Kiss...- que se pudiera instalar y desinstalar en cada ciudad donde el grupo tocara, junto al pabellón donde se celebrara el concierto, para que el fan tuviera su experiencia kissmaníaca total, concierto+parque de atracciones; se esperaba que la gira se alargase a más de 100 actuaciones, a dos fechas por ciudad (algo inaudito, una cosa es tener dos fechas en Nueva York, cosa normal, otra es tenerlas en Boisie, Ohio), y se propusieron nuevos y espectaculares efectos escénicos para epatar a las masas que tenían como protagonista los láser: se planteó la posibilidad de una batalla de rayos tipo Star Wars en medio del escenario entre Ace y Paul, y se estuvo a punto de poner en marcha un efecto de láser que salía de unas gafas especiales que llevaría Paul durante el concierto. Pero pronto la realidad más cruda hizo acto de presencia: El efecto láser podía dañar la vista de Paul para siempre y se deshechó, lo del parque de atracciones devino en algo impracticable económicamente, y pronto el calendario de gira bajó ostensiblemente de las más de 100 fechas prometidas: no había ni de lejos tanta demanda.

Pero entonces... ¿Qué ocurría? ¿No eran los más grandes? ¿Los únicos? Sí, lo eran, pero hay un aspecto del show business que Gene Simmons nunca ha entendido: la sobresaturación produce rechazo y finalmente... olvido, y por aquel entonces, Kiss estaban en todas partes. Los grupos de rock en el estrellato suelen ser alérgicos a la realidad, y por ello nadie tomó nota: Kiss eran grandes, pero menos que en 1977 y 1978. Las tiendas de discos devolvían enormes pedidos de los discos en solitario de Paul, Gene, Peter y Ace que ya nadie quería ver ni en las cubetas de segunda mano, y las jugueterías empezaban a tener toneladas de stocks con material Kiss (radios, muñecos, gomas de borrar y mil patentes más) de los cuales no podían deshacerse porque ya nadie los compraba. El momentum de Kiss estaba a la baja, pero la inercia del poder y el dinero que llevaban desde el 77 era tan potente, que ellos se limitaban a pensar en parques de atracciones monotemáticos y efectos láser para sus conciertos, mientras Paul Stanley pasaba las noches codeándose con la farándula en Studio 54 y macro-follador-Gene, un inmigrante judío cegado por la gloria del sueño americano, se metía en berenjenales amorosos con Cher. Ace bebía y se construía un estudio subterráneo en su nueva finca de Connecticut, y Peter se drogaba y empezaba a grabar un disco en solitario que le permitiría triunfar (pobre iluso) fuera de el grupo que le había hecho ser alguien.

(Gene -sin maquillaje y con el rostro oculto, ya que por entonces todavía intentaban mantener el misterio sobre su verdadera identidad-, acompañando a su maestra en el mundo de la jet set de Hollywood: Cher)
Para colmo, el disco Dinasty (excelente muestra de grupo de rock cruzando el sonido disco setentero con el hard rock de la época, uno de mis favoritos) había producido un hit: I was made for loving you, y eso todavía les mantuvo a todos más en la nube, sin darse cuenta de que la canción también había alienado a la facción más rockera de la Kiss Army, cabreados por el sonido más pop de temas como el citado I was made... o Sure know something. Quizás el único que veía la realidad tal como era fuese Ace, que como digo se limitaba a beber y reírse en las entrevistas, entre bromas espaciales sin sentido, para escarnio del siempre apretado Gene (ver la famosa entrevista televisiva de Tom Snyder a la banda: un Ace bebido destroza el momento de gloria de Gene con sus bromas surrealistas, buenísimo), pero era Ace el único que se empeñaba en mantener la esencia rock de la banda, y odiaba tener que interpretar cada noche I was made for loving you. Así, por un lado todo iba viento en popa con Dinasty, pero por otro, empezaba a asomar la sombra de la decadencia.

(La entrevista de Tom Snyder donde Ace deja en ridículo al soseras de Gene delante de toda América. Referencia obligada en Youtube)
Finalmente, el tour empieza su recorrido con dos fechas en Largo (existe un video mítico, maravilloso, de la segunda noche, lo incluyeron en los DVD´s de Kissology), e, insisto, la cruda realidad hace acto de presencia en las mentes prepotentes de los cuatro Kiss y sus managers: Lo que prometía ser un tour más grande que lo más grande que jamás hubiera girado por el país desde Led Zeppelin, se convierte en una experiencia agridulce. Pero vamos por partes, el montaje es excepcional, los cuatro empiezan cada concierto saliendo a escena por unos elevadores que suben desde la parte inferior del escenario, cada miembro iluminado por un foco con su color tradicional (Paul morado, Gene rojo, Peter verde, Ace azul), y la fiesta empieza con Ace sosteniendo una nota y... King of the nightime world para abrir el espectáculo. Repertorio, actitud y escenario son perfectos: el set list sorprende porque incluye canciones de los cuatro discos en solitario editados el año anterior (Move on, Radioactive, Tossin´and turnin´ y el semi-hit de Ace New York Groove), la actitud de la banda se resume en las inagotables ganas de Paul (que sigue en una forma tremenda, con esas ánsias de entretener y sentir que todo el mundo se lo pasa bien) y Gene (siempre explorando su personaje diabólico, ampliando sus rituales, jugando a ser el Lon Chaney del rock), los dos están sobrios, ni beben ni se drogan, tan solo meten su polla en las groupies, y aunque no beber no es muy divertido, si repercute en un increíble rendimiento en escena.

(Escenario para la gira The Return of Kiss 1979)
El montaje, aunque no sé si se asemeja al hangar discotequero prometido, sí es un diseño bastante revolucionario, con dos niveles por los cuales Ace, Paul y Peter pueden pasearse a su gusto, y unas líneas originales y atractivas (mi escenario favorito de Kiss junto con uno de los utilizados en el Asylum Tour y el cañón-escenario de los años 82 y 83). Además de los efectos especiales y rituales ya clásicos (Paul rompiendo su guitarra, la batería elevándose, la guitarra humeante de Ace, Gene escupiendo fuego y sangre, por supuesto las explosiones...), el montaje incluía espectaculares novedades: Gene se eleva hasta la altura de los focos, desde donde interpreta God of Thunder, y vuela de un lado a otro del escenario cual murciélago, agarrado por unos cables metálicos (erróneamente, durante el tour de reunión de Kiss del 96 todo el mundo se pensaba que este era un efecto nuevo, pero ya había sido utilizado en la época Dinasty), la humeante de guitarra de Ace no solo arde, sino que vuela hasta el techo del pabellón (gracias a los consabidos cables, claro) al final de su solo, luego Space Ace dispara cohetes con otra Les Paul, que explotan en la parte de los focos, creando gran confusión en el público, por último, las "novedades Ace" terminan en la carismática Gibson luminosa que utiliza en I was made for loving you. Y no me olvido del vestuario, mi favorito de toda la historia de Kiss, en especial ese felpudo de la selva en el que convierten al bueno de Peter, y los manguitos de Paul, aunque las botas de Gene son también un delirio.

(Kiss y su nuevo pret a porter para 1979)
En definitiva, Kiss invirtieron tiempo y dinero para ser el espectáculo más colorista y entretenido de América, cosa que no evitó que a cada fecha de la gira, la venta de tíkets disminuyera alarmantemente, y el plan primigenio de dos fechas por cada ciudad tuviera que ser deshechado, cancelándose un montón de conciertos a medida que avanzaba el tour, y teniendo que soportar el grupo pabellones con grandes claros de asientos sin llenar (aunque no fue como en la peor época de la banda a nivel de asistencia a conciertos, en el 86, cuando Paul solía comentar antes de salir a escena: "¿Encargamos un par de pizzas? una para el público y otra para la banda"). Habían diseñado un espectáculo caro y ambicioso, y no hacían más que perder dinero. Antes de llegar a mitad de gira, ya solo querían que todo terminase para no perder más pasta y prestigio. Mientras, la banda por dentro se deshacía en mil pedazos, y las facciones "straight" de Gene y Paul, y "loose" de Ace y Peter se separaban a kilómetros de distancia. A Peter Criss todo eso se la traía floja, y le daba a la coca y al alcohol sin freno; Peter es un batería con un sonido entrañable, pero un gilipollas sin medio gramo de inteligencia, y lo empezó a demostrar por entonces, cuando era incapaz de mantener el tempo de los temas y, lo peor de todo, se empeñaba en descojonarse cada noche mientras interpretaba su tema insignia, Beth. Para matarlo, vaya. Ya en la grabación de Dinasty no había tocado la batería un solo segundo, y Gene y Paul perdían el sueño pensando que a la noche siguiente Peter caería desmayado del taburete de la batería. Faltaba poco para que el batería se largara definitivamente y diera por finalizada la era clásica del grupo.

Dinasty, el periodo, el disco, el tour, tiene el incómodo papel de bisagra en la historia de la banda, mantiene la brillantez del pasado a la vez que anuncia la decadencia del futuro. Para el siguiente disco, Unmasked, ya en 1980, Kiss ni siquiera girarían por su propio país, por miedo a arruinarse definitivamente con un espectáculo que no llenaría ni medio pabellón, además, ante la propuesta de su management de realizar giras por locales más pequeños, acordes al valor real de su status, Gene y Paul se escandalizaron, negándose a caer tan bajo, y buscando nuevos mercados donde si pudieran actuar ante hordas de fans hambrientos en grandes recintos, como Australia y Brasil. Como decía al principio, la realidad no entra en los planes de las estrellas de rock, y antes que actuar en cualquier sala de mala muerte de Chicago o Boston, mejor quedarse en casa.